La carrera contrarreloj del sur de Italia para frenar el coronavirus
Escrito por HACHE el 13/03/2020
Una carrera contrarreloj se desató en el sur de Italia para prepararse ante la pandemia de coronavirus, debido a las frágiles estructuras sanitarias en esas regiones menos desarrolladas, con menos personal y material obsoleto.
El hospital Cardarelli de Nápoles acaba de preparar una nueva unidad de cuidados intensivos. En el edificio M, rebautizado “Sala Coronavirus”, solo quedan unas pocas camillas que pronto darán paso a equipos y medicamentos más sofisticados con el objetivo de salvar vidas.
En toda la región de Campania, cuya capital es Nápoles, la atmósfera es muy diferente a la que se respira en Milán, en el norte del país.
Hasta ahora una sola persona ha muerto con respecto a los más de 1.000 decesos en todo el país y se han detectado menos de 200 contagios con respecto al total de unos 12.800 casos, según el último balance oficial.
En Calabria, en la punta de la bota, identificaron 32 contagios y en la vecina Basilicata sólo ocho.
Pero los expertos han advertido que el sur no es inmune.
El pasado sábado, pocas horas antes del anuncio oficial con las inéditas medidas de contención y aislamiento tomadas para el norte de Italia, filtradas por la prensa, miles de italianos se precipitaron a las estaciones y aeropuertos para regresar a sus casas en el sur de la península.
Una reacción que preocupa a las autoridades sanitarias, ya que muchos de ellos podrían transmitir el virus.
¿Si en la región más rica de Italia, que produce más del 20% del PIB, modelo mundial por su eficiente sistema de salud, las estructuras de salud están al borde del colapso, qué puede pasar en el sur, pobre y subdesarrollado, victima de los recortes de presupuesto?
– Un alto precio –
“El sur está menos preparado y podría pagar un alto precio”, advirtió el director del hospital Cardarelli, Giuseppe Longo.
“El estado nos pide que nos preparemos. Estamos contratando a cientos de médicos, enfermeras y asistentes”, contó en una entrevista a la AFP.
Las siete regiones del sur y las islas de Sicilia y Cerdeña cuentan con 1.582 plazas de cuidados intensivos de las 5.400 que existen en todo el país, según un conteo del diario La Repubblica, que recuerda que hace 15 años las plazas en Italia superaban las 20.000.
El primer ministro, Giuseppe Conte, autorizó esta semana la adquisición excepcional de equipos especializados para hospitales ante la pandemia.
En caso de necesidad, la “Sala Coronavirus” del Cardarelli podría recibir pacientes de otras regiones.
Al menos ocho plazas de cuidados intensivos y 12 para atención especial están listas, aunque la capacidad es mayor. Cerca de la sala de emergencias, se ha montado una carpa para las pruebas con saliva para pacientes que presenten síntomas preocupantes.
– ‘Ni recursos ni equipos’ –
“Tenemos poco tiempo para prepararnos. Espero que sea suficiente …”, reconoció con la AFP Maria De Cristofaro, de 65 años, jefa de la unidad de cuidados intensivos del Cardarelli.
Desde que empezó la epidemia a inicios de febrero, los médicos de las unidades de cuidados intensivos han sido “descritos como héroes”, pero para Cristofaro es evidente que “no podemos hacer milagros”, advierte.
La doctora admite “que no tienen justificación” los “meridionales”, es decir los italianos del sur, que optaron por regresar a sus casas pese al riesgo de infectar a sus familiares.
“Si hubiera estado allá, hubiera tratado de regresar también”, confiesa Cristina Agosto, de 22 años.
La joven influencer Roberta Fusco, de 26 años, también abandonó Milán porque después de una semana encerrada le hacía falta el mar, reconoce.
Por su lado, la estudiante de medicina Federica De Masi prefirió lanzar una campaña para recaudar fondos para el hospital Cotugno de Nápoles, especializado en enfermedades infecciosas.
“Tenemos que ayudarnos mutuamente porque no tenemos los recursos o equipos necesarios para un momento como este”, asegura la joven en el sitio web gofundme.
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Source: Infobae