Del 110% al 80%
Muchos decimos que queremos más equilibrio, pero, en la práctica, no somos suficientemente radicales en perseguirlo. Donde quiera que mires, el rendimiento y el hacer sin pausa se ha llevado al e...
Muchos decimos que queremos más equilibrio, pero, en la práctica, no somos suficientemente radicales en perseguirlo. Donde quiera que mires, el rendimiento y el hacer sin pausa se ha llevado al extremo. Las opciones infinitas están al acecho y nos subimos al exceso de manera tan imperceptible como indomable. Más horas de trabajo, más pantallas, más cosas, más velocidad. Optar por lo equilibrado o lo moderado, en cualquier forma, se percibe en muchos casos como pereza o desinterés. En este contexto, la propuesta de Avivah Wittenberg-Cox, CEO de 20-first y autora de Seven Steps to Leading a Gender-Balanced Business, resulta subversiva: practicar la “moderación extrema”.
En su ensayo In Praise of Extreme Moderation, la experta canadiense advierte que vivimos enfocados y atrapados en la lógica del “dar el 110%” sin cuestionarla y como si la única forma de ser exitosos fuera forzarnos más allá del límite. El resultado: líderes y equipos quemados, personas desmotivadas y sobre exigidas y vidas personales resentidas. Frente a esto, plantea un marco de cuatro áreas a atender para perseguir un equilibrio que sea sostenible, que son cerebro, amor, cambio y elección. Cerebro se refiere a cultivar la mente, dedicar tiempo al aprendizaje continuo, pero también a la reflexión, en lugar de hacer y vivir todo en piloto automático. Amor, implica cuidar a las relaciones significativas —familia, pareja, amistades— que nos nutren y sostienen. Sobre el cambio, se trata de aceptar que las transiciones son parte de la vida y el trabajo, dejando atrás lo que ya no suma, para que pueda surgir lo nuevo. Y elección: la necesidad de revisar periódicamente nuestras prioridades y tomar decisiones conscientes, en vez de dejarnos arrastrar por inercias.
El método no busca el perfeccionismo, sino ser —en sus palabras— “suficientemente buenos” en cada área de la vida. La autora reconoce que, en nuestra cultura obsesionada con la productividad, esta postura puede sonar tibia. Pero, justamente, el desafío es mostrar que la moderación también es una forma de valentía y liderazgo. Una reacción contra corriente que nos sacude con la pregunta ¿Para qué tanto de todo? En el trabajo, esto significa saber frenar antes de la sobrecarga. (qué fácil escribirlo y que difícil hacerlo). Pero no todos los proyectos son prioritarios, no todas las reuniones son necesarias, no todas las novedades requieren lanzarse ya.
La moderación extrema que propone Wittenberg-Cox no pregona la pasividad, sino la estrategia: dar el 80% sostenido, en vez de un 110% efímero. Un acto de rebeldía, que es dejar de correr más rápido, para aprender a aflojar el paso. La invitación, al fin y al cabo, es a animarnos a repensar qué significa el éxito, qué estamos persiguiendo tanto en lo personal como en lo laboral ¿Alguien listo para salir de los extremos y conquistar la moderación?
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/negocios/del-110-al-80-nid04102025/