Dos muestras ponen en diálogo el arte de los Mac Entyre, padre e hijo
Una caja lumínica y cinética, con una estructura metálica tridimensional de formas curvas en su interior, gira con sensualidad generando múltiples imágenes e ilusiones ópticas. Se titula Sime...
Una caja lumínica y cinética, con una estructura metálica tridimensional de formas curvas en su interior, gira con sensualidad generando múltiples imágenes e ilusiones ópticas. Se titula Simetría entre dos tiempos (2025) y es una de las obras de Cristian Mac Entyre que se puede ver en La piel del color, la muestra inaugurada el miércoles en el Palacio Libertad. “Quise entrar en un diálogo con mi viejo”, decía el artista sobre esta pieza durante el recorrido de prensa. Su padre, Eduardo Mac Entyre (1929-2014), fue cofundador junto con Miguel Ángel Vidal (1928-2009) e Ignacio Pirovano (1909-1980) del grupo de Arte Generativo. La malla metálica sigue girando y a través de sus líneas curvas se va generando un muaré que evoca las superposiciones que Eduardo Mac Entyre exploraba en sus pinturas. Este diálogo entre generaciones se extiende y continúa por mera coincidencia fuera de esta sala. El Fondo Nacional de las Artes inaugurará este martes en la Casa Victoria Ocampo Arte generativo: el futuro a crear, exposición curada por María José Herrera.
En La piel del color, las imágenes tienen movimiento y parecen danzar al ritmo de alguna melodía. El color toma forma, la forma adquiere volumen y ese volumen, a veces, parece entrar y salir del plano como un pulso constante que late, titila o vibra. Este efecto se produce por la elección cromática, la superposición de líneas y las perspectivas, explica el artista. En ese baile óptico, las imágenes cambian y se multiplican, abriéndose al espectador. Nadie mira dos veces el mismo cuadro (2024), una de las telas colgadas, cita a Heráclito . “Cada cuadro es según quien lo mire. Frente a una misma obra, si pasan cincuenta espectadores voy a tener cincuenta cuadros; y cada uno va a tener una experiencia diferente”, observa el artista.
El presente de Mac Entyre hijo se despliega, además, a través de pinturas sobre tela, placas acrílicas y cajas cinéticas. Los títulos de las obras crean un campo semántico. Algunos son, por ejemplo, El ritmo del caos; Lo que vibra permanece; El pulso invisible; La piel del color; Códigos heredados; Espíritu en el cosmos; Programas de azar; Cosmos; Luz sin objeto; Armonía de las esferas.
Secuencias ópticas“Argentina tiene una tradición de geometría muy importante, muy valiosa”, asegura María José Herrera, curadora de Arte generativo: el futuro a crear, durante la preinauguración de esta muestra que reúne 40 obras de Mac Entyre y Vidal, en las que los artistas plasman las ideas del manifiesto de Arte Generativo. No se trata de una retrospectiva sino una exposición de cámara que pone el foco y reconstruye, a través de obras y documentación, el contexto artístico y de pensamiento que da origen al primer documento en proponer un arte óptico en Latinoamérica, redactado en 1959 y publicado en 1960.
El arte generativo surgió en los años sesenta como parte de la segunda camada de pintores enteramente geométricos, con la intención de romper con lo estático. “Hay un cambio de discurso respecto de los concretos y de otros movimientos geométricos. El artista no va a actuar según las leyes de la visión exactamente, sino según las leyes de la naturaleza. Esta es una imagen maravillosa para un artista y permite entonces pensar que lo que un artista hace es infinito; que puede seguir ejerciendo influencias sobre el plano”, explicó Herrera.
El manifiesto definía a la pintura generativa como aquella capaz de engendrar una serie de secuencias ópticas a través de un desarrollo generado por una forma. En el arte generativo, “el movimiento penetra planos, hace vibrar líneas que se tocan o se cruzan, son cabalmente expresión de un arte óptico, de una virtualidad para el ojo que ve terceras formas del cruce de dos”, explica en su texto la curadora.
Los principios de este manifiesto resuenan hoy en la noción de Inteligencia Artificial generativa. Así como en el arte generativo surgen nuevas figuras virtuales a partir de formas previas, en la IA generativa se produce algo inédito a partir de un conjunto de instrucciones. En ambos casos, lo nuevo se genera a partir de algo dado.
“La relación que puedo encontrar con el arte de mi viejo es que ambos somos geométricos, buscamos el movimiento, la luz y la energía”, señala Mac Entyre hijo. “Cristian sigue con las ideas relacionadas del arte generativo; es como un verdadero heredero; por supuesto, a su manera”, opina Herrera en diálogo con LA NACION. Mientras Eduardo Mac Entyre y Miguel Ángel Vidal concebían la geometría desde un programa riguroso y ligado a los debates estéticos de su tiempo, la obra de Cristian se separa en varios aspectos. Según Alonso, en las obras de Mac Entyre padre, suele haber un punto central muy fuerte y expansivo hacia afuera, mientras que en las del hijo predomina la idea de ondulación, de movimiento y dinamismo, pero sin ese punto central. Sus trabajos incorporan otros materiales, como acrílicos y chapas perforadas, y tienen trasfondo psicológico.
“Pinto para sublimar mis emociones más profundas y desconocidas. Es un constante movimiento interior y busco trasladarlo al cuadro en forma de vibración, luz y dinamismo”, cuenta a LA NACION este artista daltónico que alguna vez, a causa de una maculopatía, llegó a percibir la realidad como a través de un ojo de pez, como un cuadro de Victor Vasarely, padre del op art.
Para agendarArte generativo: el futuro a crear abre al público este martes 9, a las 18, en la Casa Victoria Ocampo del FNA (Rufino de Elizalde 2831, CABA). Puede visitarse de lunes a viernes, de 11 a 19, hasta el 28 de octubre.
La piel del color puede visitarse en el Palacio Libertad (Sarmiento y Leandro N. Alem), de miércoles a domingos, de 14 a 20, hasta abril de 2026.