Elecciones 2025: las dificultades para votar en Quilmes, uno de los distritos más castigados por las inundaciones
Las elecciones en Quilmes se desarrollaron este domingo con parte del distrito todavía marcado por el temporal que cayó durante la madrugada del sábado. En apenas 24 horas se acumularon más de ...
Las elecciones en Quilmes se desarrollaron este domingo con parte del distrito todavía marcado por el temporal que cayó durante la madrugada del sábado. En apenas 24 horas se acumularon más de 115 milímetros de lluvia, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), una cifra que superó el promedio mensual de octubre en el partido. El pico se registró entre las tres y las siete de la mañana del sábado, cuando precipitaron 76 milímetros que provocaron anegamientos puntuales y agua retenida en las zonas más bajas.
LA NACION recorrió escuelas y barrios quilmeños y comprobó que la jornada electoral se sostiene con normalidad, aunque el paisaje urbano todavía evidencia el paso reciente de la tormenta. Varias cuadras muestran charcos profundos que obligan a los votantes a caminar con cautela, mientras que otras ya están completamente secas tras el desagote del sábado. La diferencia se nota entre los sectores cercanos al río y los que cuentan con mejor infraestructura de drenaje.
“Yo me vine con botas porque en mi cuadra todavía quedó mucho barro”, señaló una vecina mientras esperaba para votar. Otros vecinos comentaban que, en su caso, el agua había bajado con rapidez y que la circulación se mantenía sin mayores dificultades. “Depende de la zona. Si estás más abajo, cuesta que se vaya”, resumió un hombre que acompañaba a su madre.
En la Escuela de Educación Secundaria Técnica Nº4 “Gral. Enrique Mosconi”, la fila avanzaba por momentos con lentitud en la entrada, aunque las mesas funcionaban con fluidez. La fila rodeaba el edificio y había pausas intermitentes que generaban murmullos entre los electores. “Rápido es, pero la fila no avanzaba más. Por momentos pensé en volverme. Igual, ya que estoy, voto. Si no después me arrepiento”, comentó Carlos Medina mientras revisaba su número de mesa en los padrones.
La delegada del establecimiento, Patricia, explicó cómo transcurrió el comienzo de la jornada: “Tuvimos tres descompuestos y tres llamados de examen porque algunos no querían quedarse como autoridades. A las nueve ya estaba todo activo”. Indicó que el flujo de votantes mostró un pico entre las once y las once y media, para luego disminuir levemente. También mencionó pequeñas discusiones en el ingreso: “Los inconformistas de siempre. Si pasan de a uno se quejan, si pasan de a dos también. Nada grave”. Sobre la modalidad de votación, señaló que agiliza el proceso y solo marcó como detalle que se enviaron cabinas medianas en lugar de las altas.
En los alrededores del establecimiento se observaban charcos aislados, producto del temporal, que los votantes esquivaban antes de llegar a la puerta. La presencia del barro se repetía especialmente en los márgenes de la vereda y en los accesos laterales. “Algunos autos todavía no los bajaron de la vereda por las dudas, pero ya está todo más tranquilo que ayer”, comentó un comerciante de la zona.
En la Escuela de Educación Especial Nº506, la votación avanzaba con normalidad pasado el mediodía. La directora Analía detalló que la apertura se demoró unos minutos por faltantes de autoridades de mesa, aunque el problema se resolvió rápidamente. “Tuvimos que reorganizar algunas mesas al principio, pero enseguida se puso todo en marcha”, señaló. Aclaró que el establecimiento no sufrió complicaciones internas por la tormenta del sábado, lo que facilitó el ingreso desde la mañana. “La escuela está bien. Afuera quedaron charcos de ayer, pero nada que impida votar”, explicó mientras conversaba con este medio.
La directora también observó un nivel de participación superior al de la elección anterior. “Hay más gente viniendo”, indicó. Según relató, algunos vecinos comentaron que el barro en sus cuadras ralentizó la salida de sus casas, aunque igual pudieron acercarse. “Se ve que el mal clima no frenó a nadie. Eso es importante”, valoró.
A lo largo de la recorrida, las menciones al clima aparecían con naturalidad en las conversaciones. Algunos aprovechaban el momento de espera para comentar cómo había quedado su barrio y qué sector había sido el más afectado. Otros, en cambio, minimizaban el impacto y destacaban que el acceso a las escuelas se encontraba en buenas condiciones. La lluvia también se metía en el análisis político. “Si esto pasaba hoy, capaz se complicaba más venir”, reflexionó un elector mientras acomodaba una silla plegable para descansar en la fila.
Más allá de las diferencias entre una cuadra y otra, la decisión de asistir a votar se mantuvo sin contratiempos. Los establecimientos visitados no reportaban interrupciones en las mesas. La circulación peatonal se sostenía con fluidez y se preveía un repunte de participación durante la tarde, como sucede habitualmente.
Con el correr de las horas, Quilmes mostraba una postal en la que conviven dos tiempos: las marcas todavía visibles de la tormenta del sábado y la elección que avanzaba con ritmo estable. La jornada continuaba abierta y la expectativa se trasladaba al cierre de los comicios, previsto para las 18, con la posibilidad de extensión si quedaran votantes esperando su turno.
Mientras los charcos terminaban de desaparecer en algunas cuadras y persistían en otras, los vecinos seguían llegando a las urnas. La tormenta del sábado ya había quedado atrás, pero su recuerdo aún se pisaba en cada paso hacia las escuelas donde este domingo se define el rumbo político del país.