Juan Martín Paleo: “Para superar la línea de pobreza, un militar tiene que tener una carrera de 28 años y llegar a teniente coronel”
Con una carrera militar de 45 años y después de conducir las Fuerzas Armadas como jefe del Estado Mayor Conjunto durante la presidencia de Alberto Fernández, el teniente general retirado Juan Ma...
Con una carrera militar de 45 años y después de conducir las Fuerzas Armadas como jefe del Estado Mayor Conjunto durante la presidencia de Alberto Fernández, el teniente general retirado Juan Martín Paleo enfrentará el 26 de octubre su primera batalla electoral. Será candidato a senador nacional en el distrito porteño por Republicanos Unidos, el partido de Ricardo López Murphy, quien buscará otro mandato como diputado.
“Yo no soy el sindicalista de los militares”, advirtió Paleo, de 63 años, en una entrevista con LA NACION, al señalar que su misión no se limita a captar el voto de las Fuerzas Armadas. Competirá por una banca en el Senado con Patricia Bullrich (La Libertad Avanza) y marcó fuertes distancias con el ministro de Defensa, Luis Petri. A tal punto, que puso en duda la llegada de los 24 aviones supersónicos F-16 adquiridos a Dinamarca, al señalar que todavía no se efectivizaron los pagos totales de la operación.
Paleo reivindicó el plan de equiparación salarial de los militares con las fuerzas de seguridad anunciado sobre el final de la gestión de Jorge Taiana en el Ministerio de Defensa, cuyas dos cuotas finales fueron suspendidas por la actual gestión porque no estaban garantizados los fondos, y alertó sobre el retraso de los sueldos. “Para cobrar un salario que supere la línea de pobreza, hoy un oficial del Ejército tiene que tener una carrera de 28 años de antigüedad y llegar al grado de teniente coronel. Entre los suboficiales, esa condición solo se alcanza con el grado máximo de suboficial mayor, con una trayectoria de 35 años”, aseguró.
-¿A cuánto asciende hoy la diferencia salarial entre las Fuerzas Armadas y las fuerzas de seguridad?
-En un general de brigada, con 38 años de servicio, la diferencia llega al 38% y un suboficial principal cobra un 34% menos que el promedio de las categorías equivalentes en las fuerzas de seguridad.
-El Gobierno asegura que en el período de Fernández, cuando usted era el jefe máximo de las Fuerzas Armadas, la brecha creció del 17% al 24% y que en la gestión de Javier Milei se redujo al 19 por ciento.
-Los números son distintos porque ellos toman como referencia el sueldo básico y las remuneraciones de la Gendarmería, que son las más bajas de las fuerzas de seguridad, y no contemplan los suplementos que en su momento dispuso el Ministerio de Seguridad, como el plus por títulos, que en el sector militar no se cobra. Hoy entre los suboficiales de las Fuerzas Armadas, solo el jefe máximo cobra por encima de la línea de pobreza. Los que cumplen el servicio militar voluntario no superan el límite de indigencia. En tanto, entre los oficiales, solo a partir del grado de teniente coronel, al que se accede tras 28 años de servicio, tiene garantizado un salario superior al umbral de la pobreza.
-¿Cómo evalúa el presupuesto previsto para 2026?
- El presupuesto 2026 no prevé ninguna equiparación. Todas las promesas son mentiras. Por otra parte, queda desvirtuado el Fondo Nacional de la Defensa (Fondef), que había sido concebido como una herramienta adicional al presupuesto. Por primera vez somos el país de América Latina con el menor porcentaje de inversión militar. Hoy ese fondo tendría que ser equivalente al 0,8% de la recaudación y el presupuesto enviado al Congreso lo baja al 0,1%, por lo que prácticamente desaparece, dado que lo incorpora al presupuesto.
-¿Acompaña la idea de que las Fuerzas Armadas participen del combate al narcotráfico?
-No pueden vender espejitos de colores, ni desplegar efectivos haciendo operaciones contra el narcotráfico. Es ilegal. ¿Cuánta gente llevan detenidas? ¿Cuántos enfrentamientos tuvieron? El ministro de Defensa se irá cuando termine su campaña, si es elegido diputado por Mendoza y este problema será de otro. Los que van a tener problemas, si llega a haber un incidente, terminarán siendo culpables o teniendo que dar explicaciones a la Justicia. Ya lo vivimos en los años 70.
-¿Le preocupa la situación de los militares detenidos por casos de lesa humanidad?
-Se lo expuse al ministro Petri el 21 de diciembre de 2023, antes de dejar mi función en el Estado Mayor Conjunto. Le detallé la situación del personal detenido sin proceso por más de dos años, el límite fijado por la ley para la prisión preventiva, que en muchos casos supera los ocho años. No se cumple la igualdad ante la ley y a eso se suma la atención sanitaria deficiente para los mayores de 70 años. Muchos han muerto en cautiverio.
-¿Usted, cuando comandaba las Fuerzas Armadas, le presentó el mismo planteo al ministro Jorge Taiana?
-Yo era jefe del Estado Mayor Conjunto. Esto es un problema del ministro de Defensa, es un problema político. Ahora yo compito electoralmente como político. Podemos hablar de político a político con el ministro Petri. Pero no me pidan a mí soluciones de lo que en la gestión anterior debería haber hecho el otro ministro. Hay que preguntarle a Taiana o a Agustín Rossi.
-¿Cuál es el balance de su gestión en términos militares?
-En lo que a mi tarea compete, logré el blanqueo salarial, promovimos el Fondo de Financiamiento y el plan de equiparación salarial, que se cumplió hasta la cuarta cuota y que el gobierno actual frenó. Tres de los cuatro patrulleros oceánicos que custodian la milla 200 en el Atlántico Sur se compraron en nuestra gestión, como también los únicos helicópteros nuevos que se adquirieron para el Ejército y la Fuerza Aérea.
-¿Hay continuidad en esas políticas?
-Me parece que Petri no tiene un compromiso con las Fuerzas Armadas. Llegó al Ministerio de Defensa sabiendo que es un trampolín para pelear por la gobernación en Mendoza. Por eso tengo dudas con los aviones F-16: ¿si llegan a venir, con qué presupuesto los van a hacer volar?
-Pero el Gobierno compró 24 aviones F-16.
-La compra no la concretaron.
-Se anunció que los aviones van a llegar en un período progresivo.
-Si pagan. A medida que van pagando van entregando los materiales. ¿Si el Gobierno tiene que pagar US$6000 millones antes de fin de año y US$ 20.000 millones de vencimiento de deuda en 2026 va a tener fondos para comprar los aviones? Tengo dudas. Anunciaron la adquisición de ocho vehículos blindados para el Ejército, cuando el Plan de Capacidades Militares dice que se necesitan 190 para equipar la Brigada Mecanizada 10.
-¿Usted rescata la política militar del gobierno de Alberto Fernández?
-El que la quiera cuestionar que se la cuestione a Taiana. Yo no era la autoridad política del ministerio. No tengo que reivindicar ni no reivindicar. Igual que el actual jefe del Estado Mayor Conjunto del gobierno libertario, el brigadier general Xavier Isaac, que en la gestión anterior era jefe de la Fuerza Aérea. Yo no tengo que opinar de eso.
-Pero puede analizar el impacto de determinadas medidas.
-Sí, el logro de la equiparación salarial, interrumpido por el gobierno actual, fue positivo. Hubo medidas tangibles, como la ley del Fondef, el blanqueo y el equipamiento de material que se adquirió y todavía hoy sigue ingresando. Aunque hubo otras que no estuvieron a la altura.
-¿Cómo cuáles?
-Seguramente la política de derechos humanos no fue lo que yo hubiera querido.
-¿Persiste el malestar en las Fuerzas Armadas por la política de derechos humanos del gobierno kirchnerista?
-Persiste, sobre todo, con gestiones como la de Nilda Garré, que fue un ataque al ethos militar. Hizo sentir al militar un kelper en su propio país. Ahí comenzaron con la política de “los hijos de”, la portación de apellido y las presiones a la Justicia para que no se otorguen derechos constitucionales que tiene que tener cualquier militar por su condición de ciudadano. Eso fue gravísimo y marcó fuertemente el sentimiento del sector militar frente al kirchnerismo. Además, nosotros tuvimos una muy mala relación con el Senado, que encabezaba Cristina Kirchner, quien se llevaba a las patadas con el Presidente y nos trababa por eso muchas cosas, como los ascensos militares.
-¿Cómo convivió con el kirchnerismo?
-En el gobierno anterior era sabido que el sector kirchnerista era refractario de lo militar. Pero, el actual gobierno llegó con un mensaje reivindicatorio de las Fuerzas Armadas. ¿Dónde está la libertad de los presos que están con más de dos años de prisión preventiva? ¿Dónde están la equiparación salarial y el incremento presupuestario? La inversión militar no supera el 0,5% del PBI.
-¿Cómo impactó en las Fuerzas Armadas durante el período kirchnerista el llamado a constituir un Ejército nacional y popular?
-Como dije en la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas en 2023, los militares deben estar por fuera de la grieta. No somos la guardia pretoriana de ningún gobierno. Cumplimos las órdenes que imparta el poder político legalmente constituido. Me coloqué en la vereda de enfrente de lo que entonces dijo el teniente general César Milani, quien le pedía al Presidente que el Ejército fuera parte del proyecto nacional y popular. Es una partidización que está en las antípodas de lo que debe ser.
-¿Las Fuerzas Armadas se mantienen al margen de la coyuntura política?
-Los militares evolucionamos más y alcanzamos mayor madurez política que muchos políticos. El militar tiene pensamiento político propio, pero lo manifiesta en el momento del voto en el cuarto oscuro, no en los cuarteles.
-¿Usted aspira a captar el voto militar?
-No. Yo no soy el sindicalista de los militares. Pretendo ir al Senado no en una actitud sindical. Sí quiero expresar en el lugar donde se diseñan las leyes y las políticas de largo plazo cuál es la necesidad del sector militar, pero también las del área de seguridad, de inteligencia y desde el punto de vista de la geopolítica y las relaciones exteriores. Estados Unidos tiene 100 congresistas que son militares retirados.
-¿Le preocupan los pedidos de baja de militares?
-Hace dos meses la provincia de Córdoba creó en la Policía un cuerpo especial antinarcóticos. Se fueron del Ejército 64 hombres entre comandos, fuerzas especiales y paracaidistas. Les ofrecieron ir a la Policía de Córdoba respetando la antigüedad, una prepaga que funciona, estabilidad y un sueldo que duplica o triplica los sueldos que reciben. El Ejército está perdiendo los recursos humanos que más caro le costó formar. No importa qué pasó en las gestiones anteriores. Lo que tiene que explicar el ministro de Defensa es por qué ocurre ahora esta situación en la Fuerza de Despliegue Rápido. Perdimos en dos meses el resultado de dos años de formación intensiva en la fuerza.
-¿A qué atribuye la crisis del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas (Iosfa), que tiene prestaciones cortadas y arrastra una deuda cercana a los $190.000 millones?
-A la pésima gestión del ministro, que nombró tres presidentes consecutivos de la obra social, que multiplicaron la deuda. La política empezó a manejar la obra social como una caja. Si yo designara sucesivamente a tres comandantes militares que no funcionan en un puesto militar, me parece que el problema soy yo.
-¿Por qué se suma a la propuesta de López Murphy?
-Tenemos una comunidad de valores, una concepción republicana en favor de la división de poderes y compartimos la visión de un mundo que va pasando de la unipolaridad a la multipolaridad. Mi visión no es un alineamiento automático con Estados Unidos e Israel. Mi visión es Estados Unidos, Israel y China. Y también India, Turquía, Europa como bloque y buena relación con nuestro entorno cercano. La Argentina necesita venderle todo a todo el mundo, no condicionarnos detrás de un actor. Es la única forma de que podamos obtener divisas para poder desarrollar políticas creíbles.