“La primera vidriera”: Ruth Benzacar abre una nueva sede en Puerto Madero
No todos los días una galería de arte inaugura una segunda sede en Buenos Aires, como lo hizo W al estrenar la de San Telmo hace un par de años. Así que la noticia no pasará desapercibida: ...
No todos los días una galería de arte inaugura una segunda sede en Buenos Aires, como lo hizo W al estrenar la de San Telmo hace un par de años. Así que la noticia no pasará desapercibida: Ruth Benzacar no sólo cumple este año seis décadas, aniversario poco frecuente en un país donde abundan las crisis, sino que además abrirá el martes un nuevo espacio de exhibición y venta en Puerto Madero.
“Reafirma este espíritu inquieto de estar siempre vigentes, de estar moviéndonos constantemente, buscando nuevas oportunidades”, dice a LA NACION Mora Bacal, codirectora de la galería y nieta de Ruth, su fundadora. Lo hace en una breve pausa de ese ajetreo que conoce tan bien, el que supone supervisar cada detalle para que todo esté impecable el día de la apertura al público.
Junto a ella se mueve con destreza Federika Chaimowicz, joven argentina recién llegada de Londres, donde se formó en historia del arte en la Universidad de Goldsmiths. Ella será la encargada de atender –en principio, de lunes a viernes- este espacio ubicado sobre Juana Manso al 1500, a media cuadra del Faena Hotel y de Oceana Puerto Madero.
Parecen una metáfora del país las esculturas de Miguel Rothschild que ven desde la vereda los vecinos de uno de los barrios más exclusivos de la ciudad: recrean la forma de un par de diamantes cascoteados, que conservan marcas de los golpes pero que no llegaron a romperse. Algo similar podría decirse sobre muchas galerías porteñas, varias de las cuales acaban de cerrar una edición de arteba con buenas ventas tras pedir préstamos para pagar sus stands.
“Es la primera vez que tenemos una vidriera a la calle”, observa Bacal, que no es ajena a esos desafíos. Su abuela fundó en 1965 la galería en su propia casa, un PH en Caballito, y en ese formato continuó cuando se mudó al departamento céntrico de Talcahuano al 1200. En 1983 estrenó un espacio independiente del hogar, en el célebre subsuelo de Florida 1000. Ella murió cuando empezaba el nuevo milenio. Y a fines de 2014, cuando su emprendimiento estaba por cumplir medio siglo, su hija Orly y Mora estrenaron el actual galpón remodelado de Villa Crespo, de imponentes dimensiones. Allí inaugurarán, a mediados de noviembre, una muestra que recorrerá esa historia.
Mientras tanto, en la otra punta de la ciudad, irán rotando en este espacio de dos pisos y un centenar de metros cuadrados una variada oferta que comienza con obras de Rothschild, Liliana Porter, Tomás Saraceno, Leandro Erlich, Rómulo Macciò, Marina De Caro, Pablo Siquier, Jorge Macchi, Ernesto Ballesteros, Roberto Aizenberg y Delia Cancela.
“Esto es un complemento –opina Mora-. Puerto Madero tiene un potencial gigantesco y está muy cerca de de los circuitos del centro y La Boca. En Villa Crespo los artistas ganaron la posibilidad de producir sin límites de espacio, pero a la vez perdimos la posibilidad de mostrar mucha obra escultórica en trastienda. Los diamantes hermosísimos de Rothchild los teníamos en un depósito, porque no entraban. Tener la posibilidad de mostrar como corresponde este tipo de obras es un valor a explotar”.
Para agendar:Inauguración de Ruth Benzacar en Puerto Madero (Juana Manso 1549), el martes 30 de septiembre de 17 a 20