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Murió Enrique Molina Pico, el exjefe de la Armada que peleó en Malvinas y viajó con las tropas argentinas a la Guerra del Golfo

Un hombre activo en la vida militar, con espacios para la reflexión y la vida académica, caracterizó la vida del almirante Enrique Emilio Molina Pico, fallecido a los 87 años en su domicilio, e...

Un hombre activo en la vida militar, con espacios para la reflexión y la vida académica, caracterizó la vida del almirante Enrique Emilio Molina Pico, fallecido a los 87 años en su domicilio, en San Isidro. Fue jefe de la Armada durante tres años, en el gobierno de Carlos Menem, y a su experiencia como veterano de Malvinas sumó su participación en el envío de tropas y unidades militares argentinas a la Guerra del Golfo, tras la invasión de Estados Unidos a Irak.

Miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, fue durante trece años rector del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), uno de los centros de formación de ingenieros de mayor excelencia en el país.

Nacido en Buenos Aires el 16 de septiembre de 1938, heredó de su padre –el capitán de navío Enrique Molina Pico- su vocación por la carrera naval. Adoptó, así, el ideario militar que el propio almirante sintetizó después como “una disposición a servir, aún a costas de la propia vida, disciplina y obediencia basadas en conductas éticas”.

Se graduó con medalla de oro en la Escuela Naval Militar en 1959. Alcanzó el título de Ingeniero en Mantenimiento en la Escuela Politécnica de la Armada y luego se formó en la Escuela de Guerra Naval. obtuvo el título de especialista en Minado y Antiminado con altas calificaciones en la Marina italiana y también transitó los claustros de la Escuela Superior de Guerra de Francia.

En 1978, Molina Pico era comandante de la Unidad Minadora, cuando debió alistar a sus subalternos ante la inminencia del estallido del conflicto austral con Chile, que finalmente se detuvo. Cuatro años después, en 1982, participó de la guerra de Malvinas al mando del destructor Hércules, en una actuación por la que luego fue condecorado.

En 1990 fue designado agregado naval en Estados Unidos, en momentos en que el gobierno de Carlos Menem comenzaba a tejer relaciones estrechas con Washington, tanto en el terreno político como económico, e incluso militar. En esa tarea, la actuación de Molina Pico no pasó desapercibida: puso en marcha la primera fuerza naval de las Naciones Unidas en el Caribe, con buques argentinos, y coordinó operaciones de tropas de nuestro país en la Guerra del Golfo.

Participó allí en el armado de las acciones militares Alfil 1 y Alfil 2, que constituyeron la contribución argentina a las operaciones Tormenta del Desierto y Escudo del Desierto para la liberación de Kuwait, que había sido invadido por Irak, durante el régimen de Saddam Hussein. Las bases de la fuerza de tareas se encontraban en Sharja y en Dubai. En un principio se desplegaron el destructor ARA Almirante Brown y la corbeta ARA Spiro, que luego fueron reemplazados por la corbeta ARA Rosales y un transporte naval.

En virtud de ese despliegue, la Argentina fue nombrado aliado mayor “extra-OTAN” por el gobierno de Estados Unidos. Además, por sus contribuciones, el gobierno de Washington distinguió a Molina Pico con la Legión al Mérito, en el grado de oficial.

Luego del envío de tropas al Golfo Pérsico, Molina Pico se desempeñó sucesivamente como comandante de la Flota de Mar y de Operaciones Navales, donde tuvo a su cargo el patrullaje del espacio marítimo argentino, en un férreo combate contra la pesca ilegal.

El presidente Menem lo designó en julio de 1993 jefe del Estado Mayor General de la Armada, en reemplazo del almirante Jorge Eduardo Ferrer. En esa función desplegó su capacidad operativa, pese a las restricciones impuestas por la crisis económica. En su gestión, que se extendió hasta julio de 1996, la Argentina participó en las misiones de paz de la ONU en Haití y en Chipre. Puertas adentro de la Armada, Molina Pico fue una pieza vital para el desarrollo de los sistemas de comunicación, computación y contable, y del régimen de calificación y selección del personal, coinciden distintos sectores de la fuerza.

En disconformidad con la reducción del presupuesto naval, dispuesta por las autoridades políticas, renunció a la jefatura de la Armada en julio de 1996. Lo sustituyó el almirante Carlos Alberto Marrón. En las sucesivas gestiones, Molina Pico fue un hombre de consulta por los camaradas que asumieron la conducción.

Experiencia académica

Molina pico se graduó como doctor en ciencias de la administración y licenciado en relaciones internacionales en la Universidad de Belgrano. Lo desvelaba, también, el desarrollo de los sistemas de formación en distintos campos del conocimiento y, en ese sentido, entre 1999 y 2012 fue rector del ITBA, en una gestión prolongada que fue decisiva para consolidar al instituto universitario entre los mayores centros de formación de ingenieros en el país y al que le dio un renovado impulso.

Abierto a las inquietudes de la vida política y cultural, la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas lo incorporó como miembro de número en octubre de 2013 y allí ocupó el sitial José de San Martín. Integró, además, la Academia del Mar, el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI) y la Fundación Escuela Nacional de Náutica, entre otras instituciones.

Entre otros aportes se destacan sus contribuciones académicas en el campo de la estrategia y el análisis de situaciones derivadas del terrorismo internacional, de la guerra en el Medio Oriente, la acción de las fuerzas de paz y las nuevas amenazas.

Casado con María Graciela Quintero Cabrera, tuvo tres hijos –uno de los cuales fue el conocido fiscal Diego Molina Pico- y seis nietos.

Sus restos serán llevados este domingo al cementerio Parque Memorial, de Pilar.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/politica/murio-enrique-molina-pico-el-exjefe-de-la-armada-que-peleo-en-malvinas-y-viajo-con-las-tropas-nid20092025/

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