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Paz apuesta a una “transición suave” en Bolivia, pero le espera una crisis social, económica y política de pesadilla

LA PAZ.- Para hablar de los desafíos que esperan ...

LA PAZ.- Para hablar de los desafíos que esperan a Rodrigo Paz Pereira a partir del 8 de noviembre cuando asuma el gobierno, un economista se podría referir a la alta inflación del 25%, la primera recesión en 40 años, escasa reserva de divisas y falta de dólares, y un país donde la economía informal representa el 60 % del PBI. Obtener una factura por un gasto cotidiano en Bolivia es casi imposible.

Un político, en cambio, se referiría un Congreso fragmentado, donde luego de dos décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo, nadie tiene la mayoría. Además, recordaría la sombra, siempre amenazante, del expresidente Evo Morales (2006-2019), prófugo de la Justicia en la región del Chapare.

Pero cada desafío tiene su reflejo en una escena cotidiana: la duplicación del precio del pan y de otros alimentos básicos, los camioneros que duermen hasta tres o cuatro días en sus vehículos mientras hacen filas para cargar diesel, los médicos y maestros sin presupuesto para hacer su tarea, las familias que dependen de bonos sociales básicos, el “Juancito Pinto” de apenas 20 dólares anuales para poder mandar a los chicos a la escuela, y los ancianos que reciben como único ingreso una pensión mensual, la “Renta Dignidad”, de 35 dólares.

Por eso el gobierno de Paz Pereira no solo enfrentará estadísticas o balances fiscales, sino que deberá responder al hartazgo y a la esperanza de millones de bolivianos que confiaron en su guía para sacarlos del desastre que deja el MAS.

El presidente saliente, Luis Arce, que al llegar a la presidencia en 2020 fue presentado como el “artífice del milagro boliviano” que sacó a millones de la pobreza como ministro de Finanzas de Morales, nunca acusó recibo de que se había acabado el boom de las materias primas, y continuó la “navegación” cuando ya no había más agua.

Pero Evo sigue teniendo poder, y ya lo demostró en agosto pasado cuando su consigna de anular el voto recogió un 20 % de apoyo. Si él sube o baja el pulgar a la gestión de Paz Pereira, hay muchos bolivianos dispuestos a seguir sus consignas.

El “elegido”

El analista político Jorge Dulón, explicó a LA NACION que el triunfo de Paz Pereira tiene que ver precisamente con que fue visto como una “transición suave” de las políticas del MAS hacia una derecha que “ponga en orden la casa”, como repitió el nuevo presidente electo a lo largo de la campaña.

“La gente no estaba todavía muy segura como para realizar un cambio radical como el que proponía Quiroga”, dijo Dulón. “Entonces votó por el candidato que puede asegurar cierta estabilidad sin cambios bruscos. Quiroga hablaba de un ajuste brutal, eliminar inmediatamente los subsidios a los combustibles, reducir los bonos sociales y endeudar al país con el FMI. Así que un porcentaje importante del voto por Rodrigo fue el voto del miedo”.

También en el ámbito político, Paz Pereira se presentó como una “transición”.

Luego de la primera vuelta en agosto, el presidente Arce invitó a la casa de gobierno a los dos candidatos que participarían del balotaje, para darles un poco más de detalle sobre la situación del país. Pero a esa reunión solo concurrió el actual presidente electo.

“Además de ese encuentro hubo varias reuniones del equipo del próximo gobierno con gente del MAS y retomaron contactos que vienen de la época del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, fundado por su padre. Por lo cual, también en ese sentido va a ser un período de transición”, agregó.

Los analistas políticos mencionaron también la importancia del voto rural y de los sectores marginales, que no se vio reflejada en las últimas encuestas que daban el triunfo a Quiroga.

“Hay gente del ámbito rural que jamás votará por un tecnócrata como Tuto, que se presentó por tercera vez como candidato a la presidencia, pero que sigue tocando su ‘techo’”, señaló Dulón.

Otro factor importante para el próximo gobierno será el rol de la Asamblea Legislativa de 130 bancas, donde ningún partido tiene mayoría. Los democristianos de Paz Pereira suman 47 escaños, la Alianza Libre de Quiroga, 37 bancas, y el Frente de Unidad Nacional, del empresario Samuel Doria Medina, 26 asientos. El MAS apenas 10 legisladores.

Pero además del rol político que decida jugar Morales a partir del 8 de noviembre, el gran interrogante es qué sucederá con las evidentes ansias de protagonismo del nuevo presidente electo, el capitán Edman Lara, un poderoso influencer en las redes sociales, que en la noche del domingo se anticipó a su jefe de fórmula en la celebración del triunfo.

“Yo no descarto que Lara, a quien Morales ya expresó su apoyo, intente desestabilizar Paz Pereira, durante este gobierno o presentándose como la verdadera alternativa si estos cinco años son exitosos y el presidente electo busca la reelección”, dijo Dulón.

Pero todo depende del estilo de gobierno que quiera imprimir a su gestión, y las primeras medidas que tome Paz Pereira el próximo 8 de noviembre cuando comience su búsqueda para sacar al país de la actual crisis catastrófica.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/paz-apuesta-a-una-transicion-suave-en-bolivia-pero-le-espera-una-crisis-social-economica-y-politica-nid19102025/

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