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¿Puede llegar Homo Argentum al millón de espectadores?

¿Puede llegar Homo Argentum al millón de entradas vendidas en los cines de la Argentina? Están dadas todas las condiciones para hacerlo. Esa marca siempre resulta alcanzable cada vez que se estr...

¿Puede llegar Homo Argentum al millón de entradas vendidas en los cines de la Argentina? Están dadas todas las condiciones para hacerlo. Esa marca siempre resulta alcanzable cada vez que se estrena una película de estas características, porque con la llegada de la última creación de Gastón Duprat y Mariano Cohn, protagonizada por Guillermo Francella, asistimos al regreso de un fenómeno que aparece de tanto en tanto en la cartelera.

Como ocurrió aquí en su momento con Relatos salvajes, Argentina, 1985, y más recientemente desde el streaming con El eternauta, Homo Argentum dejó muy rápido de ser vista solo como un título exitoso apenas llegado a los cines para transformarse en un verdadero acontecimiento social, que sumó a su convocatoria una fuerte polémica cuyos ecos están lejos de apagarse.

En estos casos, una película o una serie trasciende los límites específicos de un éxito fácilmente cuantificable. En sus primeros cinco días en cartel, Homo Argentum sumó 527.879 tickets vendidos en todo el país, según los datos de Ultracine. Es la película argentina más exitosa de los últimos dos años, solo superada por El clan (2015), también protagonizada por Francella, en el Top Ten histórico con los mejores arranques del cine argentino desde 1997 (año en que la industria local empezó a manejar estadísticas confiables) hasta la fecha.

Como pronosticó el propio Francella en una entrevista radiofónica, cuando Homo Argentum cumpla pasado mañana una semana en cartel superará los 600.000 tickets vendidos. La influencia de esta película, la mejor noticia para el cine argentino estrenado en salas de los últimos tiempos, resultó decisiva para que la concurrencia a los cines creciera un 63% respecto de la semana previa.

Sabemos que la convocatoria de público se eleva de inmediato cuando los estudios de Hollywood lanzan al mundo algunos de sus tanques. Mi villano favorito, Avengers, Super Mario Bros. y más recientemente Lilo & Stitch son ejemplos de una tendencia recurrente, respaldada por un poder de marketing y de magnetismo audiovisual insuperables. Pero en ningún caso trascienden los límites de su éxito.

Las películas-acontecimiento disparan en cambio todo tipo de debates políticos, sociales y hasta religiosos (recordemos el ejemplo de La pasión de Cristo, de Mel Gibson) que van más allá de sus connotaciones cinematográficas y también de sus eventuales méritos. Llenan todavía más los cines porque convocan a aquella parte del público que no cultiva ese hábito o lo bien decidió dejarlo para seguir viendo películas o series en la comodidad del hogar. El cine argentino padece esa ausencia desde la pandemia.

A esto se suma la presencia de una figura como Francella, que sin dudas es pasión de multitudes. En el modesto star system argentino es uno de los pocos que convoca al público solo por su nombre para llenar las salas. “Vamos a ver la nueva de Francella”, es la consigna ratificada ante cada nueva película suya. Y la respuesta suele ser masiva.

Los números de Ultracine indican que hasta el domingo 17, inclusive, los 23 estrenos de cine que protagonizó Francella desde 1997 hasta hoy sumaron 22.267.312 entradas vendidas. Solo lo aventaja en este terreno (y no por mucha diferencia), Ricardo Darín con 24.222.408.

La prudencia con la que Francella se venía manejando en el debate ideológico predominante en la Argentina durante los últimos años alrededor de la política audiovisual quedó esta vez de lado. Cuando dijo hace unos días en el canal de streaming Olga que “hay un cine muy premiado, pero que le da la espalda al público” y que a esas películas “van a verlas cuatro personas nada más, ni la familia del director va”, no hizo más que alimentar (hablando en este caso también como productor de Homo Argentum) algunas de las conversaciones y los debates recargados que naturalmente se generan alrededor de las películas-acontecimiento.

Como nadie quiere quedar afuera de ellas, mucho más si se trata de una película que aspira a observar con un lente mordaz algunos comportamientos prototípicos e incómodos del argentino medio, con sus mezquindades e hipocresías, esas cada vez más ardorosas polémicas reforzaron todavía más el interés por ver la película.

Esa curiosidad también encontró visibles conexiones con la discusión política del momento, sobre todo desde que el presidente Javier Milei expresó su apoyo incondicional a la película. Lo hizo a toda velocidad. Primero convocó a diputados de su espacio político y bloques aliados a una proyección en el microcine de Olivos y pocos días después hizo lo propio con los integrantes del gabinete nacional.

Las críticas al kirchnerismo que Milei formuló en los últimos días apoyado en la defensa de las tesis de Homo Argentum coincidieron en el tiempo con el virtual lanzamiento de la campaña electoral del oficialismo en el territorio bonaerense. ¿Se convertirá Homo Argentum, de persistir su notable repercusión actual, en un activo de esa misma campaña? Francella, que parece haberse convertido hoy en la figura cinematográfica predilecta de los libertarios, recibe en estos días críticas durísimas de actores identificados con el kirchnerismo, que desde el primer momento cuando ocupó el poder encontró el apoyo simbólico de buena parte de la comunidad artística local, postura que hoy se mantiene.

Este debate, que ocupa un lugar prioritario en la agenda mediática desde que Homo Argentum se estrenó con un éxito instantáneo de público, y la propia temática de la película, hicieron lo suyo para que la taquilla se retroalimentara y creciera al mismo tiempo. Y para reforzarla todavía más acaba de instrumentarse un hecho inédito en la industria local para un lanzamiento de estas características.

Cada función de Homo Argentum que se realiza en alguno de los complejos de las cadenas Cinemark Hoyts incluye premios sorpresa (pelotas y camisetas de fútbol, combos gratuitos de pochoclo y bebidas, cajas de alfajores y hasta una cena para dos personas) ocultos en una tarjeta colocada debajo de uno de los asientos. Nada demasiado sorprendente para una película que acumula en la trama de cada uno de sus 16 episodios un desproporcionado número de PNTs y menciones de marcas comerciales.

En los próximos días sabremos cuánto influye esta clase de incentivos en la evolución de los números de Homo Argentum. La segunda semana en cartel, que comienza este jueves 21, es crucial en ese sentido. A diferencia de los tanques de Hollywood, que ponen toda la carne en el asador en la concurrencia del primer fin de semana, la tendencia histórica nos dice que las películas argentinas más vistas suelen crecer en convocatoria a partir de la segunda semana.

El fenómeno de recomendación de boca en boca es fundamental en ese sentido, alimentado en principio por aquello que Duprat dijo el último fin de semana en conversación con LA NACION: “Creo que muchos se van a reconocer, o van a reconocer a algún pariente o amigo en las historias, pero no teníamos la ambición de que sea un retrato acabado sino un recorte personal de lo argentino”.

Si esta expectativa se hace realidad, sumada al impacto de las discusiones que siguen ocupando un lugar relevante en la agenda mediática, llegar al millón de espectadores para Homo Argentum será solo una cuestión de tiempo.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/cine/puede-llegar-homo-argentum-al-millon-de-espectadores-nid19082025/

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