Qué tiene en mente el presidente Milei para la economía que viene
“Es la historia de mi vida”. La frase se le escuchó al presidente Javier Milei pocos minutos antes de subir al avión que lo conduciría a la principal ...
“Es la historia de mi vida”. La frase se le escuchó al presidente Javier Milei pocos minutos antes de subir al avión que lo conduciría a la principal cumbre conservadora de Estados Unidos junto a Donald Trump. Estaba exultante. La pelea con Ignacio Torres, gobernador de Chubut, y la suma de respaldos que el mandatario provincial recibió de los gobernadores de Juntos por el Cambio, de la Unión Cívica Radical, de la Coalición Cívica y hasta del propio Axel Kicillof, lejos estuvieron de amedrentarlo. Hizo dos llamadas, comenzó una batería de retuits de quienes lo respaldaban y en pocos minutos fue el propio ministro de Economía, Luis Caputo, quien dio la respuesta oficial. “La deuda de la Provincia de Chubut con el Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial al 29/02/2024 asciende a la suma de $119.091.257.332,36. El Gobierno de la Provincia de Chubut no presentó ningún pedido de cancelación de la deuda”, explicó el ministro en X.
A esa altura parecía haber pasado una eternidad desde el festejo esa misma tarde por la visita de Antony Blinken, hombre de estrecha confianza de Joe Biden, y una de las figuras más influyentes del mundo. La batalla con los gobernadores se sumó a la de Lali Espósito, al cierre del Inadi, los fondos fiduciarios, a su definición del Congreso como “nido de ratas”, al anuncio de una reestructuración de fondo en el Estado y a dos amenazas de paro latentes: la de Ctera y la de Aerolíneas Argentinas previsto para el miércoles. “El gremio docente ese es una unidad básica. No defiende a los trabajadores sino al kirchnerismo pero lo bueno es que todo va saliendo a la luz”, celebraron en el Gobierno.
“No hago ni haría nada fuera de la Constitución. Solo estoy siendo coherente con la idea de que ‘no hay plata’ es para todos por igual y eso incluye a los gobiernos provinciales. Los políticos se mueven con una lógica que no es ni será la mía”, alegó el presidente a su mesa chica. Desde Economía siguen con la misma tesitura: “No se nos mueve un pelo. Las deudas se pagan y las transferencias discrecionales se terminaron. Si no podés ajustar medio punto en tu provincia cuando se ajustan cinco a nivel nacional es que no entendés la situación de un país en crisis”, explicó una altísima fuente de Hacienda. La idea de “parar todos los yacimientos” propuesta por el gobernador Torres parece más una amenaza sindical que la voluntad empresaria genuina de hacer algo así. De hecho, el exministro de Energía Juan José Aranguren respaldó a los libertarios cuando afirmó que: “la gestión anterior, al mando de Mariano Arcioni, había puesto como garantía el dinero de la coparticipación. En la Justicia Chubut lleva las de perder y no puede cortar el suministro de petróleo porque es un comportamiento “ilegal”, resumió Aranguren. En el prisma de Casa de Gobierno este tipo de acciones termina uniendo a Juntos por el Cambio con el kirchnerismo. “Kicillof estaba acostumbrado a Alberto Fernández y no sabe reducir gastos. Cuando le falta plata multiplica impuestos. Misma política que llevó el país a la quiebra”, agregaron en Hacienda.
En la mente del presidente y de su ministro de Economía el plan económico ya está escrito y no tendrá cambios. De hecho, en las 183 páginas que tiene el libro “El fin de la inflación” escrito por Javier Milei con la colaboración de Diana Mondino, Federico Sturzenegger y Domingo Cavallo, entre otros e impreso en mayo de 2023 hay un paso a paso que vienen implementando a rajatabla. “Hay que decirlo una y mil veces, emitir para financiar el déficit fiscal es un delito… No solamente es culpa del gobierno sino también de la oposición”, escribió poco tiempo antes de ser electo presidente. Y va más allá en su afirmación: “las características fundamentales de gran parte de las crisis que ha tenido la Argentina desde el inicio del siglo XX hasta hoy tienen origen en un fuerte déficit fiscal que al no poder financiarse por deuda termina con una emisión monetaria que genera desastres inflacionarios”. El Presidente irá ahora un paso más allá de lo discursivo: enviará un proyecto de ley para penalizar a quien emita dinero. La iniciativa incluye prisión efectiva y abarcaría al ministro de Economía, al presidente del Banco Central, al directorio y demás autoridades que lleven adelante la emisión monetaria como práctica. Cree que de esa forma se atenuarán también los constantes pedidos de lo que denomina “la casta”. “Las cuestiones hay que cambiarlas rápido y de una vez por todas. Emitir dinero es delito y lo digo hace años. Nadie de mi equipo podrá sorprenderse con esta iniciativa”, aseguró convencido en un ida y vuelta con dos personas de su extrema confianza. Desde su punto de vista, los argentinos no desprecian el peso por una cuestión psicológica sino porque no cumple la función de reserva de valor.
Está convencido que lo que ocurre por estos días es una guerra por no perder el statu quo de privilegios de un país fundido y es muy posible que hable de ello ante el Congreso nacional en la apertura de la asamblea del primero de marzo. Sabe que no será bien recibido. Pero eso también es parte del juego. O al menos del suyo.
Si bien no sabía de antemano que Victoria Villarruel, vicepresidenta de la nación, correría del lugar que ocupaba en el Senado el busto del expresidente Néstor Kirchner y lo reemplazaría por una antena de Wifi, el Presidente vio con buenos ojos tanto la respuesta de ella como su acción. “Esa es su casa y es su facultad. Creo que hizo bien”, comentó en privado. La respuesta de La Cámpora con agresiones hacia Villarruel también fueron tema de conversación en lo más alto del poder. Creen que ese tipo de respuestas no hacen más que validar la conexión de los libertarios con su electorado en el que también aparecen muchas personas cansadas de esas prácticas del kirchnerismo.
Una lógica particularLa forma de gobernar de Milei deja muchas veces en off side a propios y ajenos. Algunos incluso le preguntan si es una estrategia de comunicación y si no le preocupa quedarse solo a futuro por sus posturas. Su respuesta suele vincularla al fútbol y la posición que históricamente ocupó. Habla de la “lógica del arquero”. “Es el puesto más solitario y sabes que si te equivocas es gol del equipo contrario”, resumió en un documental dirigido por Santiago Oría. De hecho, allí se reflejan una de las pocas declaraciones públicas de la hoy Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, cuando ella recuerda una anécdota que describe la personalidad del presidente y la lógica del gobierno. En una final de un partido de fútbol eran visitantes y toda la hinchada los hostigaba, especialmente a su hermano porque había atajado varias jugadas de gol y se había convertido en figura. Cuanto peor era lo que le decían más atajaba y terminaron ganando la final y alzando la copa. Salieron escoltados por seguridad y el disfrute por parte de su hermano fue el más grande en su carrera deportiva. De ahí se entiende también porqué descoloca tanto a sus adversarios y porqué no teme lo que viene, aunque sabe que el reloj de la opinión pública corre desde el día uno. Pero está convencido que los tiempos se aceleran si mantiene el freno en el gasto y el superávit como resultado de los meses venideros.
El próximo paso después de estabilizar las reservas del Banco Central y el valor del tipo de cambio será lo que puertas adentro denominan competencia de monedas. Si bien eso supone una explicación técnica en definitiva implica una salida del cepo al dólar y la posibilidad para los argentinos de elegir libremente con qué moneda operar. Es decir, que compitan los dólares, los pesos, euros o la unidad que se quiera utilizar dentro del mercado doméstico. De esa manera supone que el propio peso del peso argentino vaya cayendo y la realidad deje asentada la base para la futura dolarización que es un proyecto que no solo no descarta, sino que podría implementarse antes de lo previsto. Milei suele respaldar esta decisión en el caso de Ecuador adonde muchos de los temas económicos cotidianos dejaron de discutirse pos-dolarización e incluso ahora esa política mantiene una aprobación de la población superior al 80%, según reveló Francisco Zalles, economista de ese país y uno de los arquitectos de esa política monetaria.
En el caso de la inflación, fenómeno al que definen como el peor de los males de época, están convencidos que el ancla es esencialmente fiscal y monetario y seguirán restando pesos a la circulación. Esgrimen al momento de buscar una fórmula distinta que los niveles de pobreza con los que se inició la democracia se multiplicaron por cinco, que el asistencialismo lo hizo por 30 y que ya no hay margen para seguir con el mismo modelo. Creen en el gobierno que las cifras en baja serán un aliciente de confianza para su electorado, pero también para la oposición.
“Lo que quiero es sacarles el Banco Central a los políticos porque es el instrumento más nefasto y socialista que tienen las economías”, escribió el presidente en su último libro en el que habla de una matrioshka de problemas por resolver. La expectativa en Balcarce 50 es mostrar una clara desaceleración de los precios que aseguran ya se verifica en febrero al 15% y que sería inferior -según sus pronósticos- en marzo. “Ahí empieza a jugar la economía del metro cuadrado y todo lo que suena técnico empieza a ser palpable para la gente”, describieron en el Ministerio de Economía.
Las reformas en tanto arrancaron con la reducción de ministerios, la baja de la emisión y del gasto público, la recompra de reservas y el proyecto de ley y decreto de necesidad y urgencia para eliminar regulaciones que por el momento sigue en debate. En los próximos meses se buscará avanzar con una reforma laboral para convertirla en seguro de desempleo, la reducción de impuestos que hoy no condice con la realidad y la apertura de la economía, especialmente en sectores poco competitivos con precios muy por encima de la media internacional. Pero para ello esperarán completar primero la fase de orden financiero y fiscal que está en marcha.
De acuerdo con el punto de vista del presidente el problema de desempleo es de rigidez en el mercado laboral, y eso se soluciona con una reforma y no con emisión que genera “un desastre inflacionario”. Porque la cuestión de fondo en la Argentina sigue siendo la misma, aunque con una adaptación de época. “Ya no se trata de un ministro que habla con el corazón y al que le contestan con el bolsillo. Hoy ya no nos queda nada en los bolsillos. Al menos por ahora”, graficaron desde otro de los centros de poder más importantes del país. Ni más ni menos.