Ríos subterráneos (de música)
Tendríamos veintitantos cuando lo vi por primera vez. La primavera alfonsinista apenas despuntaba y un cartel desprolijo en algunas calles lo anunciaba así: “Lito Vitale en Económicas”. No h...
Tendríamos veintitantos cuando lo vi por primera vez. La primavera alfonsinista apenas despuntaba y un cartel desprolijo en algunas calles lo anunciaba así: “Lito Vitale en Económicas”. No había grandes luces ni equipos de sonido. Eran él y su piano (creo recordar que era un sencillo piano vertical) en un costado del hall de ingreso a la facultad, en la avenida Córdoba. No podía creer que aquella frase tan recurrente entre los “rockeros” de aquella época pudiera ser real: “¡No se le ven los dedos!” Unos años antes, yo era un adolescente fanatizado (como todo adolescente) con esas cosas y solo había visto algo por el estilo en Alvin Lee (guitarrista de Ten Years After, una de las estrellas del Festival de Woodstock) y, en lo local, en Héctor Starc (Aquelarre, Tantor).
La velocidad de Lito, claro, ya era notable, pero sobre todo porque la ejercía en función de la expresión musical, no era un recurso en sí mismo. Recién estaba cerrando su etapa con esa maravilla que fue MIA y pronto demostraría que su talento y, sobre todo, su intenso trabajo y su concepción abierta de la música lo llevarían mucho más allá.
Poco después llegaría el trío con Bernardo Baraj y Lucho González, una formación que ya integraba la música popular de este país, sin tanta etiqueta, y que cometía el “sacrilegio” de no usar percusión. Pero igual llegaba a los jóvenes, que así descubrimos joyas como “Merceditas” o “Taquito militar”.
Pero no quiero hablar solo de Lito Vitale. A los interesados, lean la excelente entrevista de Mauro Apicella en el suplemento de Espectáculos de hoy. Lo que me interesa profundizar aquí son todas aquellas expresiones de un sinfín de artistas, en potencia o con un camino ya recorrido, que suelen pasar “debajo del radar”, como ríos subterráneos que tocan las orillas de mucha gente aunque tarden en emerger a la superficie. A muchos de ellos los vamos conociendo, precisamente, gracias a la tarea de difusión que ejercen Vitale y, más recientemente (aunque ya no tanto), Mex Urtizberea, en su ciclo de streaming FA!
Se habrán dado cuenta de que el trap y todos sus antecedentes y variantes no entran en mí con la facilidad de cualquier otra expresión musical. Pero aprendí hace mucho tiempo a no cerrar los oídos antes de escuchar. Mucho más desde que mis hijos empezaron a traer a casa sus propios saberes. Así llegaron Wos (Valentín Oliva), Trueno (Mateo Palacios Corazzina) y Milo J (Camilo Joaquín Villarruel), entre muchos otros.
Descubrí a Milo hace un tiempo en una de las sesiones de FA!, ya con Lito Vitale incorporado y haciendo de las suyas. Lo escuché cantando “Hippie”, con el coro AfroSound Gospel Choir en el jardín de la casa de Mex. Ahí hay mucho más que un chico del barrio balbuceando. O también eso, pero tengan en cuenta que ahí era un “pibe” de 18 años con un nivel de expresividad que muchos quisieran. Ahora acaba de editar “La vida era más corta”. Tiene 19, y una madurez que le permite integrar su álbum con figuras como los hermanos Cuti y Roberto Carabajal, Silvio Rodríguez, Soledad y hasta Mercedes Sosa, cuya voz llega desde una grabación “encontrada”.
En simultáneo con ese lanzamiento, Trueno, el chico rapero de la Boca, 23 años, se subió al escenario del Teatro Coliseo en un show en el que sumó a una orquesta sinfónica de 40 músicos, al bandoneonista Rodolfo Mederos, 85 años y eterno innovador (desde sus tiempos de Generación Cero) y, también, a Milo J.
El sábado pasado, en la noche de San Telmo, Nacha Guevara y Alberto Favero, tantos años después, recuperaron el espíritu y la rebeldía del viejo café concert. Entre el público, los escuchaban Vitale, con su mujer, Hilda Lizarazu, y su amigo del alma Juan Carlos Baglietto. Con sus años y toda su trayectoria a cuestas, se suben a un pequeño escenario para seguir defendiendo a los diferentes.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/cultura/rios-subterraneos-de-musica-nid18112025/