Una empresa pública firmó un nuevo acuerdo para vender servicios nucleares
Puede ser un motivo para que privados busquen comprarla o un argumento para intentar retenerla. La denominada “joyita del Estado”, Nucleoeléctrica, firmó un memorando con la canadiense Candu ...
Puede ser un motivo para que privados busquen comprarla o un argumento para intentar retenerla. La denominada “joyita del Estado”, Nucleoeléctrica, firmó un memorando con la canadiense Candu Energy para brindarle servicios de ingeniería nuclear.
“Se firmó un Memorando de Entendimiento que permitirá ampliar la oferta internacional de servicios de ingeniería, asistencia técnica y mantenimiento para centrales Candu, fortaleciendo la presencia de Argentina en el mercado nuclear global”, sostuvo Nucleoeléctrica en un comunicado oficial.
En términos prácticos, esto significa, según fuentes oficiales, que Candu Energy le contratará ingenieros a Nucleoeléctrica para que realicen trabajos en el área nuclear, inspecciones y mantenimiento en distintas centrales.
“Nos asociamos para vender juntos servicios de alto valor a otras centrales del mundo”, definieron. La firma del acuerdo contó con la participación de autoridades de ambas empresas en la embajada de Canadá. El titular de Nucleoeléctrica, Demian Reidel, sostuvo: “No se trata solo de vender servicios, sino de proyectar el conocimiento nuclear argentino en el escenario internacional”. En este caso, la central nuclear de Embalse tuvo un rol particular.
La tecnología de Candu utiliza uranio natural como combustible y agua pesada como moderador y refrigerante. Este tipo de centrales tiene presencia en Canadá, Corea del Sur, China, Rumania, India y Pakistán, y es reconocida por su confiabilidad, eficiencia y versatilidad. “En la Argentina, la Central Nuclear Embalse, ubicada en la provincia de Córdoba, es un referente de esta tecnología”, destacaron en Nucleoeléctrica.
De esta manera, la empresa pública empezó a encarar su proyecto de internacionalización. Coincide con el incipiente proceso de privatización.
En realidad se trata de una “privatización parcial”. El Ministerio de Economía firmó la resolución a principios de noviembre que dio un período de 12 meses para vender el 44% de las acciones de Nucleoeléctrica. El 51% quedará en manos del Estado y el 5% restante iría a un programa de propiedad participada.
Además, esa resolución firmada por el ministro de Economía, Luis Caputo, estableció que los bienes de la empresa tendrán que ser valuados. La Secretaría de Energía deberá realizar dicho inventario.
Ahí entran las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse.
NASA es una de las compañías que más dinero le deja a las arcas públicas. Según un informe de la Secretaría de Hacienda, en 2024 generó ingresos de operación por “la suma de $634.719,8 millones, obtenidos de la venta de energía”. De hecho, el ministerio de Economía resaltó que el año pasado fue una de las responsables del superávit financiero del total del conjunto de las empresas del Estado. Aportó unos $275.500,4 millones.
En lo que va del año, según el informe de la Secretaría de Hacienda sobre empresas públicas, Nucleoeléctrica acumuló un superávit financiero de $74.905 millones en el primer semestre de 2025. Fuentes oficiales exhibieron este número como un síntoma positivo, pese a que una de sus centrales, Atucha I, no se encuentra activa debido a los trabajos de extensión de vida.
El Gobierno destacó la obra de extensión de vida de Atucha I como una de las más importantes del año en su informe sobre inversión pública 2025. “Este proyecto tiene como objetivo prolongar la operación de la central por 20 años adicionales, garantizando así el suministro de energía eléctrica limpia y de bajo costo, aprovechando un activo ya amortizado”, definió.
Y a propósito de Embalse, la central nuclear cuya tecnología sirvió de punta para atraer el interés de Candu Energy, terminó su extensión de vida en 2019 y “tiene 25 años más a plena potencia por delante”, tal cual afirmaron fuentes oficiales.