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Cómo elegir el medio de pago más conveniente

La forma en que pagamos cambió para siempre. Tarjetas, billeteras virtuales, pagos contactless y hasta criptomonedas conviven en un ecosistema que evoluciona día a día. Pero con tantas opciones,...

La forma en que pagamos cambió para siempre. Tarjetas, billeteras virtuales, pagos contactless y hasta criptomonedas conviven en un ecosistema que evoluciona día a día. Pero con tantas opciones, surge la pregunta inevitable sobre cuál conviene usar ante cada situación.

En esta edición de Finanzas Estratégicas, tres referentes del sector ayudan a desentrañar las claves para administrar los gastos cotidianos con inteligencia financiera: Dolores Ferrari, gerente de Productos Individuos del Banco Supervielle; Ariel Setton, especialista en medios de pago; y Diego Martín Díaz, Head de Payment & Cripto en la Cámara Argentina Fintech.

Cuando se trata de gastos cotidianos, como el café, el supermercado o el transporte, la primera comparación inevitable es entre débito, crédito y billeteras virtuales. Ahí, Dolores Ferrari marca una distinción clave: “La tarjeta de débito está asociada directamente a la cuenta; la de crédito permite financiar una compra”.

Por eso, para mantener el control financiero, Ferrari recomienda usar débito para los gastos ordinarios del mes. “Se gasta lo que uno realmente tiene y el dinero se descuenta automáticamente”, explica. En cambio, la tarjeta de crédito es útil para compras que se deseen financiar, aprovechando entre 15 y 40 días de diferimiento sin costo para el consumidor.

Ese margen es tentador porque permite, por ejemplo, dejar ese dinero trabajando en una inversión o en una cuenta remunerada. Sin embargo, esa ventaja exige disciplina: “Es clave conocer la propia capacidad de pago: cuánto se gana, cuánto se gasta y cuánta diferencia queda disponible”, advierte Ferrari. No todos acceden a una tarjeta de crédito, ya que su disponibilidad depende del historial financiero y del monto de ingresos.

Consumos en dólares y servicios digitales: una decisión personalizada

La reflexión sobre cómo pagar se vuelve aún más relevante cuando entran en juego servicios como Netflix o Spotify. En este punto, Ariel Setton distingue dos situaciones: “Si el servicio se factura en pesos en Argentina, no hay manera de evitar las percepciones. Si se factura en dólares desde el exterior, conviene pagarlo con dólares comprados en MEP u oficial para evitar el 30% adicional”.

Sin embargo, esta estrategia requiere organización, especialmente si el servicio tiene débito automático. De ahí surge el interés por las tarjetas prepagas, que ofrecen flexibilidad. “Son fáciles de activar o pausar, no tienen costo de mantenimiento y en algunos casos permiten invertir el saldo hasta el momento del consumo”, agrega Setton. Además, ayudan a separar gastos: una prepaga para pesos y otra para dólares.

Financiar con crédito… sin caer en el descontrol

En épocas de inflación acelerada, muchos recurren a la tarjeta de crédito para defenderse de los aumentos de precios. Sin embargo, Dolores Ferrari advierte sobre un límite invisible: “Cuando se empieza a usar la tarjeta para financiar gastos del día a día, se entra en un ciclo difícil de revertir”.

Además, para la especialista, al pagar solo el pago mínimo, el saldo financiado genera intereses elevados, en promedio 20 o 25% más altos que los de un préstamo personal, y la deuda crece mes a mes. Una situación excepcional no es problemática, pero cuando se repite, el riesgo se multiplica. El crédito debe ser una herramienta estratégica, no una solución permanente.

A partir de ahí, la conversación se desplaza naturalmente hacia el historial crediticio. Su rol es más relevante de lo que muchos imaginan. “Sirve para acceder a mejores líneas de crédito y a más productos financieros”, explica Ferrari. Y aunque un olvido de pago puede parecer menor, tiene impacto directo: atrasarse en el pago mínimo genera intereses punitorios, afecta la calificación crediticia y puede bloquear la tarjeta. En consumos en dólares, además, es crucial pagar entre el cierre y el vencimiento para evitar la pesificación automática.

El ascenso de transferencias y billeteras virtuales

De la mano del control financiero aparece otra tendencia creciente: los consumidores dejaron de depender del efectivo. “Las transferencias y la tarjeta de débito reemplazaron casi por completo al efectivo”, dice Ferrari.

Las billeteras virtuales aceleraron ese cambio. Para Setton, su expansión se explica en una combinación de usabilidad y promociones: “Las billeteras compiten por usuarios con descuentos y beneficios. Hoy podés pagar servicios, impuestos o transporte desde el celular”.

A su vez, a diferencia de otros países, en Argentina casi todos los comercios, sean grandes o pequeños, aceptan transferencias inmediatas con alias. “Es un ecosistema totalmente interoperable, y eso nos ubica incluso por encima de muchas economías desarrolladas”, agrega Setton.

La dinámica entre bancos y billeteras digitales surge naturalmente después de hablar de hábitos de uso. “Las billeteras prestan con capital propio y los bancos con los depósitos de los usuarios”, explica Diego Martín Díaz. Por eso las tasas y la capacidad de prestar difieren.

Las fintech, sin embargo, marcaron un antes y un después en experiencia de usuario: “Nacieron desde la idea de poder abrir una cuenta en minutos. Ese cambio obligó a los bancos a mejorar su usabilidad”, añade Díaz.

Cuentas remuneradas y nuevos hábitos financieros

En medio de ese ecosistema en transformación aparece otro cambio silencioso: la forma de administrar el sueldo. Aunque aún no puede cobrarse en billeteras virtuales, una parte creciente de los ingresos se transfiere allí. “Por usabilidad y por la posibilidad de tener una cuenta remunerada”, señala Díaz.

Ferrari complementa la idea: “Con una cuenta remunerada, el dinero que todavía no usaste no pierde valor. Podés pagar con transferencia o débito sin dejar de obtener rendimiento”.

Los avances tecnológicos también están cambiando la manera de pagar físicamente. “El NFC está creciendo rápido y quienes lo prueban no vuelven atrás”, cuenta Ferrari. Acercar el celular o el reloj al posnet se convierte para muchos en el método más práctico.

Las criptomonedas también forman parte del menú, aunque con baja penetración en pagos. “Cuando alguien paga con cripto, el comercio recibe pesos; la conversión se hace en segundos”, explica Setton. El proceso está disponible, pero la adopción todavía no es masiva.

La regla de oro

Con múltiples herramientas disponibles, la conclusión se vuelve clara: la clave no es elegir un único medio de pago, sino usarlos estratégicamente.

Para Diego Martín Díaz, el criterio central es la usabilidad: “Elegí la billetera que más ventajas te dé —rendimiento, beneficios, funciones— y asegurate de que esté registrada en el Banco Central”.

Para Dolores Ferrari, la prioridad es el autocontrol: “Los gastos cotidianos conviene pagarlos con débito o transferencia. La tarjeta de crédito debe reservarse para compras grandes que puedan pagarse en cuotas o financiarse sin interés”.

Y para Ariel Setton, la clave está en la diversidad: “Tener una o dos billeteras virtuales, combinadas con la tarjeta de crédito y la transferencia por CBU, resuelve la vida diaria. Hoy podés pagar todo con el teléfono, sin depender del efectivo”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/como-elegir-el-medio-de-pago-mas-conveniente-nid18112025/

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