Emilia Attias: la presión dentro de MasterChef Celebrity, el nuevo amor que la acompaña y lo que no negocia con su hija
Es de las participantes más aplicadas y talentosas de MasterChef Celebrity. También, de las que disfrutan de los nuevos desafíos y no temen innovar y tomar riesgos. Es que su destreza en la coci...
Es de las participantes más aplicadas y talentosas de MasterChef Celebrity. También, de las que disfrutan de los nuevos desafíos y no temen innovar y tomar riesgos. Es que su destreza en la cocina no viene desde ahora. A Emilia Attias siempre le gustó conquistar a través de los sabores y aromas; esos que la conectan con emociones y una época muy especial de su vida. De hecho, no es casualidad que, en paralelo a su profesión de actriz y modelo, la exCasi Ángeles haya alimentado esta pasión por la gastronomía al frente de Poe, Cadillach y Corazón Delator, tres bares que compartió con su exmarido, Naím Sibara.
“La cocina es algo que mueve muchas emociones en mí, que me conecta a memorias muy lindas, a mi raíz”, le confía la también conductora a LA NACIÓN mientras se prepara para comenzar una nueva jornada en el reality de Telefe. Ahora bien, su osadía y su espíritu transgresor no solo se refleja en las hornallas. Tanto en su carrera como en su vida personal, Emilia siempre ha demostrado coraje y valentía para ir detrás de lo que quiere. Mientras que en el plano profesional ha reversionado su faceta musical como DJ, en el sentimental ha decidido apostar nuevamente al amor tras separarse del padre de su hija después de casi 20 años de relación. “Guille es un gran compañero, una persona muy hermosa de tener al lado. Nos disfrutamos mucho”, dice en referencia a Guillermo Freire, un economista de muy bajo perfil con el que sale desde hace un año.
-¿Cómo estás viviendo esta experiencia en MasterChef?
-La verdad es que está siendo muy divertido para mí. Me gusta mucho el formato del programa, así que es algo que disfruto un montón. La cocina es algo que mueve muchas emociones en mí, que me conecta a memorias muy lindas, a mi raíz, entonces por un momento me olvido que es para un certamen y para un jurado. Y por otro lado, tengo unos compañeros divinos; se armó un grupo espectacular que también hace que se disfrute un montón. Además, la adrenalina de llegar todos los días y no saber qué tenés que cocinar, de tener solo una hora para hacerlo, tres minutos de mercado, de la consigna que no tenés idea por donde va a ir; todo eso lo convierte en algo muy divertido.
-¿Qué te pasó cuando te llegó la propuesta? ¿Aceptaste enseguida o dudaste?
-MasterChef era un programa que me gustaba mucho y hoy en día la tele cambió tanto que, de repente, encontrar cómo estar en la tele argentina era difícil para mí. La ficción pasa por las plataformas entonces me pareció una oportunidad muy linda para volver a entrar en la casa de las familias, de compartir la mesa de la gente mientras nos ven, de volver a conectarme con esa cotidianidad y encima con un programa que es re sano y que tiene que ver con la cocina, que me encanta.
-¿Qué era lo que más te intrigaba de este formato?
-Me intrigaba mucho ver cómo iba a ser estar adentro. No tenía ni idea cómo era porque el único certamen del que participé fue el Bailando... y es algo muy distinto. Cuando dije que sí, llamé a mis compañeros y colegas que habían estado para que me cuenten cómo era todo puertas adentro y la verdad que las experiencias que me contaban eran muy lindas y desafiantes.
-¿Con quiénes hablaste?
-Con Gastón Dalmau, que fue el ganador de una de las ediciones, con Cande Vetrano, Mery del Cerro, todos amigos míos del medio y de la vida.
-¿Te dieron algún consejo?
-¡Que tome clases! (Risas). Yo ya había hecho algo para redes en pandemia, donde cocinaba en casa con un chef amigo, pero igual tuve que tomar clases. La cocina siempre me gustó. Es algo que me conecta mucho con mi infancia, con mi casa, con mi raíz y es algo que me gusta mucho hacer con mi hija. Lo tengo muy asociado al amor, a algo que une gente.
-¿Cuál es ese plato, sabor o aroma que te lleva a tu infancia?
-Mi paladar parte de una casa donde había caldos, pastas caseras rellenas, olor a puchero. No había masas compradas de ningún tipo. Todo era casero.
-¿Qué no puede faltar en un plato tuyo?
-La dedicación. A nivel recetas, me gusta hacer cosas muy distintas, pero lo que no puede faltar es la atención, el detalle, la prolijidad; por lo menos eso es lo que me caracteriza. Y es un desafío porque acá lo tenés que entregar en una hora. Hay veces que entrego cada cosa que digo: “Esto no me define”.
-¿El tiempo es la mayor presión dentro del reality para vos?
-Sí, total. Al menos hasta ahora el desafío más grande que encuentro es el tener que cocinar en una hora. Por ahí son cosas que nunca hiciste y te encontrás manipulando alimentos que no conocés o haciendo una receta de algo muy sofisticado y la cocina lleva tiempo.
-¿Cómo te llevás con el jurado?
-Me caen muy bien los tres aunque son muy diferentes. Germán, por ejemplo, tiene un mundo muy sofisticado, muy técnico, una cocina que a mí me gusta consumir. No es tanto lo que yo sé hacer por eso estoy aprendiendo técnicas que me lleven hacia ese camino. He ido a su restaurante y me inspira mucho. A Damián lo amo. Es una persona que tiene una luz, una gracia y un humor que hace que las cosas sean muy divertidas y livianas en el programa. Es realmente un genio y admiro muchísimo su precisión. Y el “Tano” me conecta mucho con mi raíz, me es súper inspirador y familiar. Yo me crie con mi abuela y mi bisabuela, que era italiana de Parma y me hablaba con acento entonces me hace acordar mucho a ellas. Además, tiene un nivel de excelencia en todos los tips que te da; sabe mucho.
-Y de tus compañeros, ¿con quién pegaste más onda?
-Se armó algo muy lindo en general. Nos duele que sea un certamen y que haya galas de eliminación. De hecho, los que se van no se bajan del grupo de WhatsApp y cuando armamos algo, vienen. Surgió algo muy genuino. Hay compañeras que conozco de antes como Eva Anderson, que trabajamos cuando éramos más chicas; Euge Tobal, que no laburamos nunca juntas, pero nos cruzamos en los pasillos de los canales; Cachete (Sierra) o Julia Calvo, que fueron compañeros en Casi Ángeles. Después hay personajes que vienen de otro palo y estoy conociendo ahora como Marixa Balli, que me parece una persona hermosa, muy humana; Ian, el “turco” Hussain, Andy, Alex, Maxi, que es una persona hermosa, el peque Schwartzman, que se acaba de ir y es un amor de pibe; ellos vienen de otro lado y no los hubiera conocido de otra manera si no hubiera sido por este reality.
-¿Cuál es tu estrategia para llegar a la final?
-No soy muy estratega. Aparte como te decía se armó algo tan lindo que no lo estamos viviendo como una competencia. Pero bueno, podría decirte que es mi compromiso conmigo misma, estudiar, practicar en casa. Por el momento, trato de no pedir más delivery y cocino con mi hija, con mi pareja.
¡Cocinar en familia!-El otro día fue el cumpleaños de tu hija y vimos que en el festejo cocinaron...
-Sí, ella me pidió que en su cumpleaños haya cerámica y cocina. Me dijo: “Quiero que sea una pizza party y que cada invitada arme su pizza y la hornee”. Le compré las pizzas a Donato de su restaurante y después puse cuencos con muzzarella, muzzarella de búfalo, jamón cocido, jamón crudo, cebolla, albahaca, tomate, picante. Estaban chochas.
-Te escuche decir que Gina es muy artista. ¿Qué pasa si viene y te pide ir a un casting?
-Yo la voy a acompañar en todo lo que ella quiera, ya sea trabajar en el medio u otra cosa. Pero primero quiero que estudie porque me parece muy chiquita (tiene 9) para lidiar con el medio. Entiendo su ímpetu porque yo empecé a los 12, pero este lugar tiene sus pro y sus contra, así que como mamá esperaría que sea un poquito más grande y la acompañaría mucho. Nunca le prohibiría a hacer lo que quiere.
-¿Cómo fue para vos empezar de tan chica? ¿Sentís que naturalizaste algunas situaciones que por ahí no eran normales?
-Mi mamá me acompaño mucho, pero yo siempre me di cuenta de las cosas que no estaban bien. Estuve tan bien criada que eso hizo que pueda darme cuenta de lo que no estaba bueno. Tuve las herramientas para manejar esas situaciones y superarlas por los valores con los que fui criada. Me parece clave eso porque uno en la adolescencia puede llegar a perder un poquito el control de sus hijos. Se aíslan y por ahí no te cuentan tantas cosas entonces vos tenés que confiar en ese trabajo que hiciste antes que fue construir una personita sólida con un criterio sano y claro. Eso para mí fue algo muy importante que me hizo muy bien; y ahora es lo que trato de transmitirle a mi hija.
-¿Quién suele poner más límites: el padre o vos?
-El Turco es un papá al que se le cae la baba por su hija; es muy amoroso. Es súper fanático de ella y cualquier cosa que hace se le cae la baba. Yo soy la que pone un poco más de límites en cuanto a eso, pero porque yo trabajé de chica y soy mujer, entonces me gustaría que si quiere dedicarse a esto sea de más grande porque es un mundo que tiene un lado B. No solo por las cosas feas que pueda encontrar sino porque el trabajar implica responsabilidades, exigencias, el tener que cumplir y eso le saca espacio a la frescura de niña, a las tardes libres con amigas, a explorar, a dormir la siesta o estar con mamá. Es un mundo que quiero que entre cuando este más formadito su espíritu.
El fin de un amor de 20 años-¿Cómo están las cosas con Naím hoy? ¿Pudieron construir otro vínculo después de la separación?
-Sí, cuando estás tantos años con una pareja y cuando no hubo una situación de separación desde un lugar duro o conflictivo, se puede. Nosotros nos amamos mucho y siempre fue así; tuvimos un vínculo de amor muy real. Entonces duele cuando uno se separa, y no es que no nos amemos más porque nos separamos amándonos mucho, pero obviamente que hay un tiempo que tiene que ver con el duelo. Una vez que se supera, se puede construir desde otro lugar. Nosotros somos familia, tenemos una hija en común y hoy en día tenemos una relación cada vez más armoniosa, cada vez más linda. Podemos conectarnos desde el cariño de dos personas que nos quisimos mucho.
-Hace unos programas atrás, le dedicaste un plato a tu nueva pareja: “Amor robusto”. ¿Cómo definirías este nuevo amor?
-Voy a hablar muy escueto porque no soy de abrirme con estas cosas. Guille es una persona que no es del medio y es una relación que reservo mucho para mí, pero puedo decir que es un gran compañero. Es una persona muy hermosa de tener al lado, lo disfruto mucho, nos disfrutamos mucho, nos cuidamos mucho. Es una persona que quiero cuidar y parte de que quede en la intimidad tiene que ver con eso, pero nos divertimos mucho y nos acompañamos mucho.
-Por lo que dijiste, le gusta mucho la cocina, ¿te da tips, te ayuda a pensar platos?
-Sí, me enseña sus recetas y las de su familia. El nombre de ese plato no era directamente para él sino que me refería a que era suculenta la porción (risas). La parmigiana de berenjenas es un plato que me enseñó él y que es tradición en su familia; entonces todo me conectaba con ese amor. Siempre buscamos recetas juntos, me regala libros de cocina; es un gran compañero. Por ahí viene y me dice: “Mirá mi amor esta receta; hagámosla” o “Compré estas cosas para hacer esto”. Me acompaña un montón en este proyecto.
-Hace unos meses surgió el rumor de que estabas embarazada. De hecho, recientemente lo enfrentaste a Luis Ventura por haber dado esa información. ¿Todavía te afecta lo que dicen de vos o ya estás acostumbrada?
-No soy una persona que esté tan pendiente de eso. Entiendo que son las reglas del juego, pero no le doy mucha bola. Obviamente si es algo que afecta a mi gente ahí me preocupo un poco más en salir a poner algún tipo de límite o en hablar puertas adentro con quien es importante que yo hable. Pero trato de ser muy coherente con mi vida, creo que siempre lo fui. No soy una persona mediática o escandalosa, soy muy sana. Trato de cuidar que lo más íntimo no traspase lo público porque hoy estamos en una era donde la gente tiene opinión de todo.
-¿Te preocupa lo que pueda leer tu hija?
-Por suerte mi hija es chica todavía y no está en las redes; no lee todo lo que se dice, pero sé que en un futuro si pone el nombre mío o el de su papá pueden salir un montón de cosas. Puede acceder a todo eso sin entender por qué la gente puede opinar de su mamá, de su papá, o de ella misma, entonces trato de cuidar mucho lo que más quiero, mis vínculos personales, mi vida más íntima.