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Se mudó a Carolina del Norte porque no quería pagar demás en Nueva York: “No estoy segura de quedarme para siempre”

Después de graduarse, Elizabeth Wright necesitaba un cambio. Por ello, armó sus valijas y se mudó desde el sureste de Estados Unidos a Nueva York para estudiar y cumplir su sueño de vivir en un...

Después de graduarse, Elizabeth Wright necesitaba un cambio. Por ello, armó sus valijas y se mudó desde el sureste de Estados Unidos a Nueva York para estudiar y cumplir su sueño de vivir en una gran ciudad. Sin embargo, dos años después, el costo de vida, los alquileres altísimos y el ritmo agotador la llevaron a regresar a Carolina del Norte. Hoy, instalada en Charlotte, no se arrepiente: “Es el hogar que necesito”.

El sueño de Nueva York que se volvió una carga

Wright creció en el sureste de Estados Unidos y, después de terminar la universidad, sintió que necesitaba sacudir su rutina. “Ansiaba una nueva experiencia después de graduarme. Idealmente, una lejos de casa”, relató a Business Insider.

En julio de 2021, la joven alquiló un estudio en Greenwich Village por 4600 dólares al mes. La ubicación era perfecta, pero la realidad del departamento la decepcionó. La humedad deterioraba las paredes, la pintura se desmoronaba y el lavadero del sótano estaba lleno de cucarachas. Como si eso no fuera suficiente, al poco tiempo comenzaron a demoler el edificio lindero para construir nuevos departamentos de lujo, con ruidos constantes que complicaban su día a día.

“El costo de vida generalmente alto de Nueva York y el ritmo rápido también me estaban afectando”, recordó. En dos años desembolsó más de US$100 mil solo en alquiler.

Charlotte, una opción más accesible

Cuando Elizabeth terminó su maestría, la idea de buscar un lugar más accesible y menos estresante tomó fuerza. Apuntó a Charlotte, Carolina del Norte, una ciudad que conocía y que le gustaba por su crecimiento y su ambiente dinámico.

Allí, Wright alquiló un departamento de un dormitorio en el barrio South End, por US$2489 mensuales. Aunque el precio de la renta todavía es elevado, las comodidades marcan la diferencia.

Su complejo tiene muchas amenities: piscina, gimnasio de dos pisos, parque para perros, salón en la terraza con vista al skyline y al menos tres eventos sociales al mes con comida y bebidas incluidas. “Definitivamente, estaba pagando mucho más por muchos menos beneficios en Nueva York”, explicó.

Su nuevo hogar se levantó en el terreno de una antigua fábrica textil, hoy transformado en una zona moderna con restaurantes, bares, tiendas y cafeterías. “Me preocupaba sentirme como si viviera en un pueblo suburbano similar al de mi infancia. Pero mis miedos se disiparon rápidamente al darme cuenta de lo animado y transitable que era mi nuevo barrio”, señaló.

Un estilo de vida distinto: menos gastos, más tiempo libre y vida social

La vida en Charlotte le permitió reencontrarse con un ritmo más pausado y natural. Elizabeth ya no viaja en subterráneos atestados y para ir a sus lugares favoritos solo tiene que caminar unas cuadras.

Además, destacó que los perros son bienvenidos en casi todos los bares de la ciudad, algo que disfruta con su pareja y su mascota. “A veces lo llevamos a jugar bingo musical y a comer pizza de 8 dólares en una cervecería”, contó.

Las actividades comunitarias también forman parte de su nueva rutina. Wright participa en ferias callejeras, mercados de agricultores y festivales de temporada.

El cambio de ciudad también benefició su economía personal. Con un alquiler más bajo y más servicios incluidos, puede destinar ingresos a experiencias y salidas. Prueba nuevos restaurantes, asiste a conciertos y participa en trivias semanales sin acumular deudas en la tarjeta de crédito. “Tengo más ingresos disponibles, lo que significa que con frecuencia puedo disfrutar de la vida fuera de mi departamento”, expresó.

Otro aspecto que valoró fue la disminución del estrés. “Me resulta más fácil vivir el momento y disfrutar de las puestas de sol desde las terrazas y los paseos matutinos por el Rail Trail”, afirmó.

¿Charlotte o Nueva York?

Charlotte también tiene sus contras. Los veranos húmedos y la menor oferta de transporte público son puntos que todavía compara con Nueva York. Aun así, el balance para ella es positivo.

Al menos, en este momento de su vida. “No estoy segura de si me quedaré en Charlotte para siempre, pero es exactamente el hogar que necesito ahora mismo”, concluyó.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/estados-unidos/carolina-del-norte/se-mudo-a-carolina-del-norte-porque-no-queria-pagar-demas-en-nueva-york-no-estoy-segura-de-quedarme-nid08092025/

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