Generales Escuchar artículo

Gastón Dalmau: de la salida de la China Suárez de un éxito y el motivo por el que se fue de Marvel al sueño que podría volverse realidad

Gastón Dalmau: "Casi Ángeles marcó mi vida para siempre"Creció en la factoría Cris Morena. Fue parte de Casi Ángeles y de la banda del programa que recorrió los rincones más insólitos del ...

Gastón Dalmau: "Casi Ángeles marcó mi vida para siempre"

Creció en la factoría Cris Morena. Fue parte de Casi Ángeles y de la banda del programa que recorrió los rincones más insólitos del mundo. Sin embargo, a pesar del éxito que tenía acá, Gastón Dalmau un día hizo las valijas y decidió probar suerte en el exterior. Allí, primero en la ciudad de Nueva York y luego en Los Ángeles, estudió música, se formó en producción y efectos visuales y trabajó en Marvel, detrás de películas como Capitán America y Doctor Strange.

Sin embargo, una nueva oportunidad lo trajo de regreso a su tierra: MasterChef Celebrity. “Ese programa fue un nuevo empezar para mí. Volver a sentir el amor de la gente me hizo dar cuenta que extrañaba estar delante de cámara”, confiesa el actor, que no sólo se convirtió en el ganador de la segunda temporada sino que, gracias a este reality, volvió a calzarse el traje de actor.

Hoy, mientras espera que se estrenen tres de las series que hizo en el último tiempo, Dalmau volvió a instalarse en el país para hacer streaming. “Me encanta. Es un espacio que me da la oportunidad de hablar de un montón de cosas que me interesan y también de estar un poco vigente y presente”, cuenta una de las voces de Había que decirlo, el ciclo que va de lunes a jueves de 16. 30 a 18 horas, por eltrece Prende.

-Después de tantos años de vivir en Nueva York, decidiste volver a la Argentina

-Sí, este año me afiancé de nuevo en Argentina. En 2020, empecé a venir más seguido. De a poquito fueron saliendo cosas hasta que apareció esta oportunidad de hacer stream que para mí es algo nuevo. El haber pasado por un reality como fue MasterChef permitió que la gente me conociera más allá del actor, así que empezaron a salir cosas y dije: “Extraño esto, extraño mucho”.

-¿Habías hecho streaming alguna vez?

-No, no había hecho. He ido de invitado a algunos y me gustó. Me dieron mucha flexibilidad para elegir horario, para elegir “elenco”; me mimaron mucho. Está bueno porque uno siente que lo valoran y respetan. Uno pasó tanto tiempo en el medio que a veces hace falta un mimito cada tanto.

-¿Te gusta esto de debatir distintos temas?

-Sí, me divierte. Obviamente hay cosas donde me gusta meterme y otras que prefiero guardármelas para mí, para mi intimidad, para mi familia y mis amigos. Son cosas que uno habla en casa.

-¿Coronel Suárez es tu lugar?

-Sí, Coronel Suárez es el lugar donde nací, donde me crié, donde pasé mi adolescencia. Tuve una linda adolescencia, unos viejos increíbles que siempre me apoyaron, dos hermanos mayores que siempre me cuidaron. Voy todos los veranos. A mí me gusta mucho, más allá de la ciudad, estar en mi casa, con la comida de mamá y papá, con la perra que anda por ahí, el verde del patio. Son esas pequeñas cosas que me ponen muy feliz.

-Tuviste momentos de mucha exposición, hiciste éxitos que te llevaron a recorrer escenarios de todo el mundo. ¿Tus viejos te apoyaron?

-Ellos me apoyaron muchísimo desde el principio. Siempre quise ser actor desde muy chico. Salían las audiciones en el diario aunque al principio no me querían llevar porque si llegaba a quedar había que cambiar la vida. Mi viejo me decía: “Terminá el secundario, anda a la universidad y después te vas y lo intentás”. Él quería saber que iba a tener un título y que iba a poder trabajar de algo. Y yo le decía: “Bueno, voy a estudiar pero si me sale algo de actuación, abandono”. ¡Y pasó eso! (risas).

-¿Qué estudiaste?

- Primero, Ingeniería Informática en la UBA pero me fue muy mal, me saqué cero. Así que dije: “Esto no es para mí” y empecé Marketing en la UADE. Hice un año y medio. Me iba bien pero después salió la audición de Frecuencia 04, quedé y empecé a trabajar así que le dije: “Viejo, hasta acá llegué”. Después fueron dos años que estuve medio en el limbo, en el sentido de que por ahí hacía un bolo y después pasaban por ahí tres o cuatro meses que no pegaba nada.

-¿Y cómo manejabas eso?

-Uf, con terapia. Fue difícil porque en un momento empecé a tener peleas con mi viejo. Él me decía: “Estás todo el día sentado al lado del teléfono” y yo estaba esperando que me llamen para decirme que había quedado o que había una audición. Tuve que entender que hay momentos donde hay que cuidar el mango porque vas a estar un tiempo donde por ahí no vas a pegar nada.

-¿La buena plata la hiciste con Casi Ángeles?

-La buena plata la hice con Casi Ángeles. Lo que también me ayudó mucho en esa época fue lo que venía después del programa; o sea las presencias en algún boliche. Eso siempre fue un plus muy grande. Yo con mi primer sueldo me compré una grabadora de VHS para verme en los capítulos de Frecuencia 04. Después, mis ahorros fueron destinados para mi casa que me hice acá en Buenos Aires y para mi auto. No fui de despilfarrar porque la plata se va. Hay que aprovechar los momentos, cuidarla y saber usarla.

View this post on Instagram

A post shared by Gaston Dalmau (@gastondalmau)

-Háblame de Casi Ángeles…

-Me sorprende lo que sigue pasando hasta el día de hoy porque con las plataformas lo pueden seguir viendo. Cuatro años duró la tira y la banda siguió dos años más. Fueron seis años de trabajo intenso. Teníamos sólo enero de vacaciones y después era de lunes a lunes. La noción de lo que pasaba la teníamos cuando salíamos a los shows porque después estábamos grabando todo el día.

-¿Qué te pasa cuando ves al Gastón de ese momento? ¿Qué cosas disfrutaste y que cosas te arrepentiste de no disfrutar?

-Siento que disfruté todo. Soy una persona que trata de disfrutar todo. Me emociona un poco (se le corta la voz), me emociona la época, me emociona lo que fue Casi Ángeles. Fue fuerte, lindo (llora). Esto no es de tristeza, es que se me remueve todo. A veces digo: “Guau, todo lo que hicimos, todo lo que conseguimos”. El amor del público que sigue estando hasta el día de hoy da cuenta de que valió la pena el esfuerzo.

-¿Cuántos años tenías en ese momento?

-Tenía 23, era un poco más grande que los demás. Y agradezco eso también, el haber tenido una adolescencia fuera del medio. Pude irme de viaje de egresados, terminar el colegio en mi ciudad. En cambio, los chicos como Peter (Lanzani), Lali (Espósito) o Euge (Suárez) tenían que irse a su casa y hacer los deberes. A la mañana ir al colegio y a la tarde a grabar. Entonces agradezco no haber arrancado antes y haber disfrutando las etapas.

-Recién nombrabas a los chicos, ¿Cómo es el vínculo hoy?

-Bien; tenemos nuestro grupo de WS que se llama “Casi Ángeles no vuelve” (risas). Arrancó como una ironía porque la gente pedía que volvamos. Hay mucho amor, nos respetamos mucho, nos queremos y nos cuidamos de cierta manera.

-Todos hicieron una gran carrera...

-Claro, cada uno en lo suyo y a todos nos fue bien. Nosotros ni siquiera competimos en esa etapa, menos vamos a competir hoy en día. Cada uno hizo su vida por donde quiso o por donde lo fue llevando la vida. Yo terminé Casi Ángeles y decidí parar. Venía estudiando inglés desde que era muy chico y me quería ir a vivir afuera, entonces era otro sueño que quería cumplir.

-¿Se terminó porque ustedes quisieron, se terminó porque te bajaste?

-Se terminó porque nosotros lo decidimos. Fue un momento muy difícil para Gustavo (Yankelevich), para Cris (Morena) y para toda la familia después de lo de Romi. Era 2012 y Gustavo nos dio la oportunidad: “Si ustedes quieren seguir, yo los banco y si ustedes quieren parar, se termina”, nos dijo. Y la verdad que si bien la banda nos re copaba, veíamos muy difícil lo de seguir porque cada uno estaba con sus proyectos. Peter tenía una película por hacer, Lali estaba empezando su camino como solista, entonces era medio difícil coordinarlo; además de que “nuestros jefes” (por así decirles) estaban en un momento muy difícil.

-¿Te acordás cómo fue ese último show?

-Sí, fue en Córdoba, en el Orfeo. Fue mirar a toda la gente y decir: “Ya está, este es el último show como banda”. Está bien que después hubo encuentros de nuevo. Hace un par de años con el Vive Ro y cosas así, que yo no pude estar porque vivía afuera.

-¿Cómo fue el día que la China decide dejar la banda?

-Fue raro. Fue un diciembre, época de renovación de contratos, y yo me entero porque me escribe Rochi (Igarzábal) y me dice: “Amigo, me llamaron para estar en la banda”. Entonces ahí nos dimos cuenta que Euge no había arreglado. Ese fue el tema. No arregló, se dilató el contrato, la relación y bueno, Gustavo tomó una decisión y nosotros por supuesto bancamos las decisiones porque hay tiempos para todo. Si a vos te dicen: “Hay un contrato, hay que arreglarlo en tal tiempo y se te pasa…”. El tren sigue y si lo dejás pasar se va y alguien va a ocupar ese lugar.

-¿La llamaste en ese momento?

-Yo a Euge la adoro y a Rochi también. Encima Rochi fue mi pareja en la ficción y siempre tuvimos una relación muy íntima, muy de amigos, de confianza, de contarnos todo, de cuidarnos el uno al otro y yo sinceramente estaba feliz. O sea, me dio pena Euge, pero cada uno es grande, adulto, como para decidir qué hacer. Además, las parejas eran Nico y Euge, Lali y Peter, y yo quedaba medio colgado entonces por fin me tocaba a mí (risas). Siempre tuvimos una conexión que era distinta a la que tenía con los demás.

-Por el nombre del grupo de WS pareciera que no hay vuelta…

-No sé, eh. ¡Mirá Erreway! ¿Quién iba a decir que Camila iba a dejar el bosque de Bariloche para venir a cantar? Nosotros venimos con charlas ya hace mucho tiempo, venimos como dando vueltas a ver qué es lo que se puede hacer, cuando lo podemos hacer y los veo a todos con ganas. Lo que está difícil es el tema de la coordinación. Aunque yo tengo una sensación de que podría ser en 2027 porque se cumplen los 20 años del primer programa. A mí sinceramente me gustaría mucho. Yo extraño mucho el show en vivo, la banda, el contacto con el público. ¡Voy a tener que activar el chat! (risas).

-¿Qué significa Cris Morena en tu vida?

-Cris fue una persona muy importante, es una persona muy importante hasta el día de hoy. Me marcó lo que es el profesionalismo en esta carrera. Siempre admiré ese lado de ella. Obviamente es una mujer estricta y me parece correcto porque tiene millones de cosas: no es solamente el programa. Es el programa, el teatro, la revista. Entonces te hace cumplir el horario, fomenta el respeto hacia todo el equipo técnico, maquillaje, vestuario. Te hace llevar tu ropa, el no tirar las cosas. Siempre atrás tuyo hay alguien que quiere ocupar ese lugar, entonces Cris representa eso de “el que quiere algo tiene que buscarlo, tiene que cumplir también con cosas”. De hecho, me pasa mucho que cuando voy a trabajar en alguna serie nueva, me dicen: “Como se nota que sos de la escuela de Cris Morena”. Y eso a mí me da mucho orgullo; más allá de las cosas que se han hablado. Pero en lo que respecta a mí, nunca tuve ningún drama. Solamente un día tuvimos una discusión y lo arreglamos enseguida. Quizá también porque yo era más grande y sabía poner mi límite de “a mí, no”; algo que sigo haciendo hasta el día de hoy. Siempre tuve claro lo que quiero y a dónde voy, y donde no soy aceptado o no soy bien recibido, me voy.

-Eso fue lo que hiciste cuando terminó Casi Ángeles. Te fuiste a vivir al exterior… ¿Cómo fue tu vida allá?

-Yo en mi cabeza ya tenía la idea de irme a Nueva York. Allá estudié producción musical, mezcla y masterizado. Después hice un curso de producción, me becó el gobierno de Nueva York, y por esa misma época arranqué con efectos visuales. Trabajé mucho tiempo en Marvel hasta que renuncié.

-¿Cómo fue eso?

-Eso es algo que nunca conté. Renuncié a Marvel, me fui. Me senté frente al productor y le dije: “A ustedes les conviene buscar a alguien que les sirva y a mí me conviene buscar un lugar donde me quieran”. Ya veníamos de varias producciones y habían armado un equipo nuevo y el productor me estaba haciendo hacer laburos que no eran de mi trabajo. Yo arranqué como asistente de producción en efecto visual. A mí no se me caen los anillos por llevar 20 cafés todos los días; no me molestaba. Fui escalando de a poco. Pasé de asistente a compositor de efectos visuales y después a Data Ranger, que es el que toma en set todo lo que sean anotaciones, referencias fotográficas de todo lo que se va a hacer después en 3D o en efecto visual en las computadoras. Pero un día me empezaron a decir: “¿Me llevás esto al correo?”, “¿Le llevás la campera a fulanito?” y entonces a la tercera, le dije al productor que no estaba cómodo.

-¿Estuviste en alguna película grosa de las que conocemos?

-Sí, primero en Captain America: Civil War, después en Doctor Strange y después en Capitana Marvel, que ahí renuncié en la mitad del rodaje. Lo que tiene allá es que siempre hay muy buen presupuesto, nunca falta nada pero después hay algo de las relaciones humanas o de camaradería que falta. Es muy difícil hacerte de amigos. A veces ni siquiera te decían “hola”. Y me empezó a pasar que extrañaba todo esto.

-¿Cómo empezaste a trabajar en estas mega producciones?

-Tenía un contacto de una productora y mande un mail. Me acuerdo que estaban grabando Las Tortugas Ninja 2 en New York, fui de caradura y les dije: “Me gustaría trabajar con ustedes, no tengo problema en llevar los cables, la cámara, lo que haya que llevar”. A los tres días estaba trabajando con ellos, cortando todo Manhattan con autos explotando. Para mí era el sueño del pibe. Yo de chico miraba VHS de cómo se hacían los efectos. Hasta que un día me llaman desde Los Ángeles (los de Marvel) que tenían que hacer una producción con Scarlett Johansson en Nueva York. Alguien les había pasado mi nombre. Obviamente acepté, armé toda la producción y le dije a las productoras: “A mí me gustaría trabajar con ustedes. Si tienen algún espacio, por favor avísenme”. A las dos semanas me llaman para ver si podía ir a colaborar con Civil War. Hice las valijas y me fui a Los Ángeles, donde estuve siete años.

-Hasta que llega el llamado de MasterChef…

-El segundo año de pandemia me llaman de MasterChef. Yo venía mirando el de España por mi pareja (que es español) y él me decía: “Si te llegan a llamar, vas a ganar”. Al tiempito me llaman y acepté porque era un desafío. Pensé en que la gente podía verme desde otro lado. Ver a ese Gastón que por momentos está feliz, por otros se re calienta y al segundo se está riendo de nuevo.

-¡Y ganaste!

-¡Y gané! Fue una final difícil porque yo a Georgina (Barbarossa) la quiero mucho, es como una tía para mí. No me olvido más el día que tuvimos una prueba que había que ir a buscar algo al mercado y la empujé. Había una sola papa y era el que llegaba primero (risas) pero me sentí tan mal. Pero a la vez decía: “Estoy en una competencia y quiero ganar”.

-¿Siempre cocinaste bien?

-Sí, yo cocinaba desde muy chico. En casa siempre se cocinó. Siempre me gustó y era de abrir la heladera y ver tres o cuatro cositas y decir: “Con esto, hago esto”.

-Ganaste el programa y, en vez de aprovechar las puertas que esa victoria te abría, te volviste a ir… ¿Por qué?

-Soy muy valijero (risas). Tuve 15 mudanzas en menos de seis años. La verdad es que no necesito mucho para vivir. Ando con una mochila y un carry on y con eso me puedo adaptar donde esté. Pero sí, me fui porque tengo una parte de mi vida allá. Al tiempito surgió una audición para una serie (que hice a distancia) y eso otra vez me trajo a Argentina. Se llama Medusa, la hice con Cande Vetrano y Soledad Villamil, pero quedó guardada. Por ahora está terminada, doblada en todos los idiomas pero no sabemos qué pasa. Uno actúa para que la gente lo vea y no para que quede guardado. A mí no se me ve actuar desde 2012. Después hay otra que se llama Noah (es una serie de Israel, coproducción con Argentina) y otra que grabé en Córdoba. Todo eso vino después de MasterChef. Ese programa fue un nuevo empezar para mí. Volver a sentir el amor de la gente me hizo dar cuenta que extrañaba estar delante de cámara. Y eso hizo también que decida volver a la Argentina.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/gaston-dalmau-de-la-salida-de-la-china-suarez-de-un-exito-y-el-motivo-por-el-que-se-fue-de-marvel-al-nid20092025/

Comentarios
Volver arriba