Hay una lágrima sobre el teléfono
“Gracias por la espera. Le atiende Jimmie. ¿En qué puedo ayudarle?”. El saludo invariable (el manual de procedimientos corporativos es muy estricto en todo call center) inaugura la conversaci...
“Gracias por la espera. Le atiende Jimmie. ¿En qué puedo ayudarle?”. El saludo invariable (el manual de procedimientos corporativos es muy estricto en todo call center) inaugura la conversación y habilita la queja: uno protesta porque la habitación que le tocó en un hotel da derechito a un cuarto donde dos turistas se la pasan retozando y otra se indigna porque encontró un pelo de la mucama sobre la almohada. Si fuera cierta la frase de Thomas Bernhard que abre el libro, esa que dice “en lugar de suicidarse, la gente va a trabajar”, esta novela de la escritora alemana Katharina Volckmer gambetea el bajón del domingo a la tarde: en Polvazo, recién publicada acá, el mundito laboral se retrata con el cinismo tierno de The Office y desnuda cuánto de absurdo y trascendental tiene una oficina.
“Gracias por la espera”. El tiempo muerto del trabajo es un limbo que inevitablemente conduce al infierno. La novela de Volckmer describe la faena cotidiana de distintos empleados que hacen lo que pueden de lunes a viernes en horario de oficina. Pero hay algo peor. El call center es un sucedáneo de la vida para el que acepta trabajar el viernes y el sábado a la noche, el turno más difícil de cubrir, solo tomado por “alguien que, en lugar de vida, tuviese una madre y un gato”. El trabajo despersonaliza al empleado en la oficina anónima, idéntica a tantas y repleta de cosas que despiertan la sensación de que nunca nada será de uno. Sin luz solar ni dignidad, se reprimen los impulsos corporales y se ajustan al tiempo exiguo que se dedica al comedor o el baño: “Según el manual oficial, lo mejor era no tener cuerpo directamente”, escribe Volckmer. La pausa son cinco minutos.
“Le atiende Jimmie”. A los 29 años, el protagonista de Polvazo es un Ignatius Reilly queer, un antihéroe excéntrico, inadaptado e improbable: si para el personaje memorable de La conjura de los necios cualquier oferta de empleo se consideraba una ofensa, este Jimmie trabaja a su pesar en un call center porque la invisibilidad telefónica es el escondite perfecto para alguien como él, “un lugar en el que trabajar sin ofender la sensibilidad de la estética dominante”. Pasado de peso y con los labios pintados como un Guasón fracasado, hijo único de una viuda italiana que valora su tristeza más que cualquier cosa, él añora otro encuentro furtivo con su jefe en el baño de varones en busca del fluido que da título a la novela (aunque suena mejor el título original que sería, traducido al castellano: “Las llamadas pueden ser grabadas con fines de entrenamiento y monitoreo”). A Jimmie, como a sus compañeros y tantos otros, el trabajo no lo dignifica: más bien, lo contrario. Solitario y noble, al firmar contrato cayó en la trampa otra vez: “Puede que Jimmie hubiera cometido el error de siempre, el de confundir el trabajo con un hogar”.
“¿En qué puedo ayudarle?”. Especialista en tristeza, Jimmie encuentra su lugar en el mundo al descubrir que a veces, más que la solución a una queja, el que llama solo tiene necesidad de hablar con una persona. Así, todo cobra sentido: aun la protesta más delirante obtiene una respuesta casi psicoanalítica y alguien recibe consuelo en un 0800 cuando un buda de call center, sin diploma ni diván, finalmente le dice: “La auténtica revolución es ser feliz a pesar de tus circunstancias”.
ABCA. Como en la sitcom The Office o las serie La silla y Severance, el mundo mecánico y repetitivo de la oficina es uno de los temas favoritos de la época.
B. En la literatura clásica de los siglos XIX y XX, novelas como El proceso y Bartleby, el escribiente se enfocaron en la deshumanización frente al sistema.
C. La novela Polvazo, de la escritora alemana Katharina Volckmer, sucede en un call center de Londres donde sus empleados se someten a una rutina absurda.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/conversaciones-de-domingo/hay-una-lagrima-sobre-el-telefono-nid16112025/