Argentina, Angola y una historia de casi 20 años con un Lionel Messi que desafía al tiempo
La Selección Argentina se prepara para disputar este viernes su último amistoso de 2025 y cerrar así un año marcado por rotaciones, bajas y la mirada fija en el horizonte del Mundial 2026. El e...
La Selección Argentina se prepara para disputar este viernes su último amistoso de 2025 y cerrar así un año marcado por rotaciones, bajas y la mirada fija en el horizonte del Mundial 2026. El equipo campeón del mundo volverá a jugar en suelo africano: enfrentará a Angola, en Luanda, en lo que será apenas el segundo cruce oficial entre ambos seleccionados.
El antecedente es lejano, pero inolvidable. No por el desarrollo del juego en sí, sino por la cantidad de nombres propios que se repiten, casi 20 años más tarde.
El 30 de mayo de 2006, en Salerno, Italia, la Argentina conducida por José Pekerman vencía 2-0 al conjunto angoleño en el último ensayo antes del Mundial de Alemania.
Aquel día, el fútbol entregó un guiño del destino: Lionel Messi, con apenas 19 años, ingresó en el segundo tiempo en lugar de Javier Saviola y en esos 27 minutos de acción demostró que estaba listo para destacarse en su primer Mundial de mayores. Aquel fue apenas su séptimo partido con la camiseta albiceleste, de un total que este viernes llegará a 196.
En el banco también estaba un joven lateral derecho de West Ham: Lionel Scaloni. Y también Pablo Aimar. Y en como zaguero titular aparecía Roberto Ayala.
En una entrevista con LA NACION en la previa de aquel amistoso ante Angola, precisamente Scaloni hablaba de Messi y su juventud: “Yo con Leo hablo mucho. Desde la lesión lo llamé bastante; es un pibe que necesita que le hablen. Es un gran jugador, un gran pibe... ¿Qué edad tiene? ¿18, 19 años?... No puede madurar antes que los demás. Yo viví la situación que está atravesando él, aunque con una repercusión 80.000 veces menor... claro. Hay que darle tranquilidad. Eso es lo que él necesita. Sabe que tiene una gran responsabilidad sobre sus hombros; sabe que todo el mundo lo pide... y él quiere responderles a la gente y a sus compañeros, pero tal vez sea demasiada la presión que le están poniendo. Es obvio que la prensa lo ponga ahí arriba, pero hay que pensar un poco en él y por eso le hablamos y le decimos que en definitiva se trata de un juego. Por eso él debe divertirse en la cancha, nada más".
Y en esa misma charla con este diario, el entonces lateral derecho ponderaba la importancia del grupo: “Yo lo que digo es que cuanto mejor te llevás con tus compañeros, a la larga te va ir mejor también en la cancha. No tengo dudas de eso... No sé por qué, pero es real. La mayoría de los que estamos acá nos conocemos desde hace diez años y en ese tiempo estuvimos en contacto siempre. Ahora nos encontramos acá, en una situación privilegiada, entonces es difícil entender que uno tire para atrás, que no se junte. Acá no hay uno así. Acá no hay ninguna manzana podrida. Hasta te digo que Ayala, Crespo o gente que no ha estado con nosotros se ha unido bastante bien. Una gente muy humilde. Gente con una experiencia bárbara que se junta sin problemas con un pibe como Messi o como Ustari. Eso es fundamental".
Casi dos décadas después, este amistoso vuelve a unirlos. Pero esta vez el contexto es muy diferente: Messi llega como capitán, símbolo y figura consagrada del campeón del mundo, mientras que Scaloni lidera un cuerpo técnico que también integran Aimar y Ayala, junto con Walter Samuel.
El otro link que une el pasado con el presente también vio aquel partido desde el banco, cerca de La Pulga, y en la actualidad comparten casi todos los días.
Oscar Ustari, el arquero suplente en aquel amistoso, todavía sigue en actividad. A los 39 años, defiende el arco del Inter Miami, donde volvió a ser compañero de Messi casi dos décadas después. En Florida, incluso, se destacó en el Mundial de Clubes 2025 y renovó contrato hasta diciembre de 2026. Ellos dos son los únicos de aquel seleccionado argentino que siguen en actividad, casi dos décadas más tarde.
Una historia circularEl único enfrentamiento entre Argentina y Angola se disputó en el estadio Arechi, bajo un sol italiano de pretemporada y con un equipo albiceleste que ya palpitaba con entusiasmo, y con un equipazo, el Mundial que organizó Alemania a mediados de 2006.
Fue un partido controlado de principio a fin y muy relajado para cuidar piernas y evitar roces que puedan generar algún tipo de lesión inoportuna en la cuenta regresiva a la gran cita. goles de Maxi Rodríguez y de Mateus en contra, tras un centro de Juan Pablo Sorín, sellaron el 2-0 final.
Aquel amistoso, más allá del resultado, quedó en la memoria por el talento reunido en esa nómina, dentro de un etapa del fútbol argentino en donde se fusionaron grandes futbolistas consagrados con jóvenes talentos y juveniles que pedían pista: a los ya mencionados Ayala, Aimar, Sorin, Saviola y Maxi Rodríguez se les sumaron Juan Román Riquelme, Esteban Cambiasso, Juan Pablo Sorín, Hernán Crespo y Carlos Tevez. Una constelación de estrellas.
En cierto modo, el amistoso ante Angola de 2006 fue una fotografía contundente de una transición que resultaba inevitable, sobre todo después de la frustrante eliminación en la fase de grupos del Mundial 2002, que a su vez contrastó con los éxitos frecuentes de los seleccionados Sub 20 dirigidos por José Pekerman: Allí, ya con el experimentado DT al frente del seleccionado mayor (luego de la renuncia de Marcelo Bielsa tras ganar el primer oro olímpico del fútbol argentino en Atenas 2004), Messi empezaba, y muchos de los que hoy lo acompañan desde el banco estaban entonces dentro del campo.
El resumen de aquel amistosoOtro contextoEl duelo de este viernes en Luanda no tiene el vértigo de una preparación mundialista inmediata, pero sí un valor simbólico. Es el último ensayo del año antes de la recta final hacia el Mundial 2026 y servirá para afinar detalles tácticos y darles minutos a futbolistas que buscan ganarse un lugar.
Scaloni armó una lista con bajas sensibles y varios nombres de último momento, en un plantel que combinará figuras consolidadas con jóvenes proyectos. Precisamente en ese punto también se une aquel contexto del amistoso de 2006.
Para Angola, en tanto, será una oportunidad histórica. Su selección solo disputó un Mundial (Alemania 2006, precisamente) y recibirá a un campeón del mundo en su capital por primera vez.
El entusiasmo local promete un marco de celebración en el Estadio Nacional 11 de Novembro, con entradas agotadas y una ciudad volcada a la visita del tricampeón mundial, , en el marco de la celebración de los 50 años de independencia del país.
De hecho, la empresa de indumentaria que viste al conjunto africano realizó 600 camisetas idénticas a las que usarán los futbolistas locales (con el detalle del partido y las banderas de Angola y Argentina en el pecho) para aquellos fanáticos que quieran guardarlas de recuerdo.